lunes, 31 de agosto de 2009

Nueva York para principiantes

"Nueva York para principiantes", otra de esas películas cuyo título es más producto de la mente insana de algún distribuidor ingenioso (lease que el título original es "How to Lose Friends & Alienate People"), es una comedia bastante ligera y predecible que protagonizan Kirsten Dunst y el divertido Simon Pegg, y en la que disfruta de un papel importante la última chica explosiva del momento, Megan Fox.

La película está basada en la novela homónima de Toby Young, en la que cuenta sus propias experiencias para hacerse un hueco dentro del mundo editorial trabajando en una revista de famoseo. Y trata básicamente de eso, de como un tipo intenta destacar por todos los medios en una revista infumable para convertirse en un super-reportero del corazón de mierda más. Y como, aunque comience su experiencia intentando lograrlo por méritos propios, pronto descubre que para lograrlo tendrá que doblegar su ética ante las presiones de su entorno.

Como esa historia tiene poco de interesante y los reporteros del corazón son muy aburridos, todo el asunto se deriva a una comedia romántica insustancial y no muy bien conducida, en la que todo lo demás se convierte en un contexto más o menos histriónico en el que colocar gags. Pero como eso le hace perder sentido y fuerza, la película acaba siendo un entretenimiento más bien soso cuyo final conocemos casi desde que entramos en la sala.

Los actores no están mal, y he de admitir que Simon Pegg me resultó bastante gracioso. Kirsten Dunst aparece como una versión más jovencita de los papeles que podríamos esperar que hiciera Gwineth Paltrow, muy recatada y pulcrita, y no desentona. Y posiblemente lo mejor quede para las cortas apariciones de Jeff Bridges, y para el papel de autoflagelación que se le da a Megan Fox, en el que no lo hace mal burlándose de ella misma.

Por lo demás, una película que entretiene lo justo y que se podrá ver sin mucho desgaste cuando la estrenen en televisión dentro de unos años. Quizás si la hubieran hecho en 3D...

viernes, 28 de agosto de 2009

Enemigos Públicos.

La verdad es que fui llevado a verla sin resistencia.
Había disfrutado mucho el trailer y parecía una película más que apetecible, así que acepte sin dudar y cai en la trampa. Y sí, disfruté de un buen rato de acción de la buena, enmarcada en esa peculiar forma de expresarse de Michael Mann, que tanto tira de la fotografía y el empleo del color, y de sus protagonistas tan peculiares...

Pero al final...
Pero al final la película, de repente, muta y se transfigura. Y se vuelve introspectiva y pretenciosa, y lenta, demasiado lenta. Y toda la acción que habíamos disfrutado antes, todos esos robos y tiroteos que trufan la historia de Dillinger y que habían conducido a la película al momento de definirse y completarse con el fin que todos sabíamos aunque no conociéramos la historia de uno de los ladrones más famosos de la historia de los EEUU, se olvidan, se dan de lado y se nos "obsequia" con media horita más de película en la que no pasa nada más que la nada, muy bien contada, eso sí, muy bonita, pero la nada... todos esos momentos se pierden en el tiempo, como lágrimas en la lluvia... y casi dan ganas de que sea la hora de morir...

No, no es tan mala como lo pinto.
Seguramente sea al revés, bastante buena. Y seguramente quien vaya a verla la disfrute mucho. La fotografía es preciosa, las interpretaciones son muy buenas, sobre todo las de Johnny Depp y Christian Bale, sin olvidar a Marion Cotillard, que sale muy guapa, y hay quién la vio conmigo y le pareció entretenida. Pero es que ese final taaaaaaaaaan largo me superó, me rompió totalmente el ritmo, me dejó KO. Y salí del cine más cabreado por ello que otra cosa. Aunque también es posible que haberme pasado casi 9 horas en un parque de atracciones justo antes, y haber dormido menos de 3 horas esa noche tuvieran parte de culpa. No sé, no es que me encontrara cansado, pero igual estaba ya irascible...

Así que si te van mucho los gangsters, o Michael Mann o algun actor, y estas de buen humor y puedes perdonar el bajón de ritmo final, ya sabes, no dejes de verla. Te recomiendo una consola de bolsillo para el final, pero seguro que te gusta.
Pero si te afecta la crisis y prefieres no gastarte el dinero en verla en una sala, no te molestes demasiado. Seguro que dentro de no mucho acabarán poniéndola en la tele, y allí con eso del zapping, el final te resultará mucho más entretenido...

miércoles, 26 de agosto de 2009

Mi vida en ruinas.

"Mi vida en ruinas", como premonición de que se acababan las vacaciones, de ese "The End"...

Recuerdo que me gustó "Mi gran boda griega", aunque en realidad ahora mismo haya borrado cualquier otro rastro suyo de mi memoria. Eso sí, confío que no fuera nada parecida a la nueva película de Mia Vardalos, o posiblemente una revisión de la cinta resultara sumamente insatisfactoria.

La actriz, protagonista de ésta película que comento hoy, hace un papel bastante plano, sin muchas vueltas ni demasiada profundidad, que va perfectamente a tono con el resto de la película. No es que sea mala, es simplemente que resulta totalmente superficial, que se ve y se olvida según termina, y que ni divierte ni aburre; simplemente deja pasar el tiempo entre secuencia y secuencia tirando malamente de tópicos que dejan de tener gracia a los 10 segundos y desarrollando con más desgana que otra cosa la supuesta historia de amor que subyace en el resto del guión.

Lo único meritorio de la película es la actuación de Richard Dreyfuss, un verdadero maestro de esos papeles que dicen las cosas con miradas sutiles y expresiones simples, y que hace el papel de catalizador del cambio que la protagonista precisa. Por lo demás, el resto de actores sencillamente cumplen, interpretando los papeles burdamente estereotipados que les ofrece el guión y tratando de resultar entrañables cuando lo mejor que consiguen es no dar vergüenza ajena...

Sinceramente, esta no merece ni videoclub (de hecho, es posible que lo que merezca sea la cárcel). Incluso se puede evitar en la televisión, ese sábado de dentro de unos años que lo pongan después de comer en alguna de las privadas. Nunca está de más echarse la siesta...

martes, 25 de agosto de 2009

Relámpagos...

Hubo un tiempo, cuando era un adolescente, que formé parte de un club de atletismo junto con algunos compañeros de colegio. Alguno de ellos es, de hecho, de mis mejores amigos hoy en día.

Ya desde antes de aquello me gustaba mucho el atletismo, correr, saltar... Pero desde entonces la afinidad es algo diferente, entendiendo lo difícil que son algunas cosas, los esfuerzos que implican, y admirando especialmente a quienes dedican su vida a un deporte que, pese al profesionalismo de muchos atletas, tiene todavía mucho de amateur y falta de recursos. Sobre todo aquí, en España.

Este verano he podido disfrutar en casa de uno de los mejores campeonatos del mundo de atletismo que ha habido jamás. El gran protagonista, y al que se recordará para siempre al pensar en Berlín 2009, es Usain Bolt, pese a que seguramente él mismo se encargará de que sus marcas no queden para la historia. Pero se corre el riesgo de que, ante la grandilocuencia de la prensa y su desenfadada actitud, se pierda de vista la magnitud de lo que ha hecho.
Y es que lo que ha hecho es inmenso...


En un mundo donde los pasos evolutivos se miden en niveles de una centésima, Bolt crece en décimas, haciendo que parezca fácil superar los límites que gente tan grande del atletismo como Carl Lewis jamás hubieran siquiera soñado alcanzar. Porque, en un mundo realista, sus marcas son de sueño. Y porque, además, muchos creemos que puede llegar más lejos, viendo su juventud y los defectos que aun le quedan por pulir...

Dicen que con Bolt nos estamos acercando a los límites del ser humano, aunque es posible que dentro de unos años un tipo gigante de 2,20, con una coordinación extraordinaria y que haya preferido el atletismo a otros deportes que den más dinero, sea capaz de moverse más rápido que él, y romper cualquier previsión.
Pero, sea como sea, nunca olvidaré el sentimiento de vivir un momento único cada vez que he visto a este monstruo batir un récord mundial. Aunque haya sido tan a distancia, y aunque la televisión sea tan fría. Momentos de esos que, por muy silencioso que se sea, se quieren compartir y se disfrutan comentando.

Usain Bolt ha batido todas las marcas que el hombre había marcado en el último siglo de deporte, reales y ficticias. Y su importancia va más allá de los récords y los títulos, pues entra de lleno en el mundo de la imaginación y la fantasía, el mundo que el ser humano más gusta de explorar.
Solo espero que el relámpago duré mucho más que un centelleo resplandeciente, y que su luz continúe cegándonos la razón por muchos años más.
Que soñando así se duerme mucho mejor...

lunes, 24 de agosto de 2009

The End.

Se acabo lo que se daba.
Hoy vuelta a la rutina, a la mesa y el ordenador, a la corbata y el traje, vuelta al trabajo...
No recuerdo como ha sido otras veces, pero esta vez me ha dado retorno depresivo. Más ayer, con la perspectiva del final de las vacaciones. Hoy, al menos, ayuda volver a ver a los compañeros. Pero sigue sin ser algo muy divertido...

No es que me gusten mucho "The Doors", aunque durante una época en mi casa se oían mucho porque a mi hermana si que le iban bastante (quizás más Jim Morrison que su propio grupo, pero bueno). Ni siquiera me gusta demasiado "Apocalypse Now", que evoca casi irremediablemente la canción y cuyas imágenes he escogido para ilustrar el post.
Pero he de reconocer que eso es lo que me pedía el cuerpo poner, un "the end", un final, un apocalipsis...



Mañana será otro día y supongo que poco a poco iré recuperando cierta alegría. Pero hoy...

Hoy toca "The End".