viernes, 29 de agosto de 2008

El brillo del dinero.

Como os explicaba hace unas semanas en mi post sobre el daltonismo, nuestra percepción visual se basa en el procesado que nuestro cerebro realiza de la información que nuestras células visuales, al ser sensibilizadas por la luz, le envían. Y ese procesado se basa esencialmente en establecer contrastes de color y brillo en las diferentes zonas sensibilizadas del ojo, definiendo las formas de lo que vemos.

Pues, exactamente igual que ese contraste nos sirve para ver, nos sirve también para delimitar la riqueza en el mundo. Porque, cuando la Tierra se ve desde fuera del planeta, de noche, la luz que emite refleja perfectamente en que partes de su geografía se concentra el dinero.

De hecho, una de las cosas en las que más coinciden los astronautas que han tenido el placer y el privilegio de ver la Tierra desde fuera es que, mientras el ser humano pasa bastante desapercibido durante el día, su presencia es muy evidente en cuanto cae el sol. Y suelen mencionar como esos campos de luces delimitan buena parte de las costas de los continentes y marcan, en su ausencia, los desiertos y los bosques, y las zonas más pobres de la Tierra.

(Podéis pulsar sobre la imagen para verla ampliada)

Es casi poético ver esas imágenes proyectadas en el ordenador, mostrándonos tan a las claras quienes somos. También es terrible ver esas desproporciones y desequilibrios entre las distintas partes del planeta.
Pero, intentando no ser muy negativo, yo me quedo con la idea de lo que la luz ha significado para el hombre. Del detalle maravilloso que supone tener esa magia a nuestro alcance, el dominio que hemos alcanzado de ella y como va indiscutiblemente ligada a nuestra propia existencia tal y como la conocemos hoy en día.

La luz es progreso y avance. Y, como humilde parecido a la verdadera luz que nos ha iluminado siempre, la del Sol y las estrellas, es la mejor metáfora que puedo encontrar sobre como el hombre, en su evolución, se acerca poco a poco a la propia creación de la vida.
Marcando la distancia, inevitablemente. Pero marcándonos también el camino.

(PD: La imagen es del Observatorio de la Tierra, de la NASA. Buceando por él quizás encontréis muchas más imágenes maravillosas.)

jueves, 28 de agosto de 2008

Helen Love.

Adoradora incurable de Joey Ramone, Helen Love es la líder del trio indie galés del mismo nombre, y ha llegado a declarar que solo escucha música de "The Ramones". Yo personalmente, y viendo su trabajo, me lo creo, la verdad.

El grupo Helen Love es una de esas cosas raras y fabulosas que conoces en una fiesta o en un disco recopilatorio y del que enseguida quieres saber más. Por desgracia, sus discos no son fáciles de encontrar (excepto el último, editado por Elefant Records, que con eso de ser española sus cosas son más accesibles), y solo búsquedas en Amazon permiten conseguir sus discos de importación. Pero en este caso merece la pena.

Formado por tres chicas, (Helen, Sheena y Beth), su estética personal mantiene el culto por "The Ramones", con su pelo cubriendo su cara y unas perennes gafas de sol. Sus discos, en cambio, tienen una línea inconfundible, marcada por los colores chillones y un dibujo clásico del manga japonés.

Su música está formada a partes iguales por punk, bubblegum pop y bases electrónicas, y son composiciones muy rítmicas que rara vez llegan a los tres minutos. Aunque no hace falta más para conseguir ser especiales. Escuchar un disco suyo es muy parecido al equivalente musical de comer peta zetas, y aunque pueden resultar un poco monótonos si uno se sumerge demasiado en su música, y que pecaban de un exceso de amateurismo al principio, lo cierto es que sus canciones son de las que no deben faltar en una recopilación para una fiesta pop.

Os dejo su video "Long Live The UK Music Scene", una de sus canciones de mayor éxito:



Espero que os gusten.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Crisis...

No, no voy a hablar de economía, hoy no.
Es que hoy me ha dado por pensar en esas crisis que sufre la gente cuando cumple determinada cantidad de años, y me ha parecido que era un buen tema del que hablar. Ya sabéis, la crisis de los 20, de los 30, de los 40, de esas edades conflictivas que te hacen plantearte la vida y tu existencia por ella como si se hubiese puesto en 'on' un interruptor cerebral que nos lanzará un montón de preguntas trascendentales...

"¿Ya he llegado a esta edad? ¿Cómo?"
"¿Estaré aprovechando mi vida lo suficiente?"
"Dios mío, ¿me dará tiempo a hacer todo aquello con lo que soñé?"

Y tantas otras, que hacen que ese día que debería ser feliz y de celebración se transforme en un mar de dudas.

A priori, es un pelín absurdo, porque no cambia nada de un día para otro y en cambio es como si todo el mundo interior se hubiese dado la vuelta. Tienes 19 años y de repente cumples 20 y parece como si te hubieses hecho mayor de golpe. Pasas de 29 a 30 y, si no has enfocado tu vida, crees que se te está pasando el arroz. Cumples un buen día 40 y de golpe te encuentras con que empiezas a ser un viejo, y buscas las maneras de luchar con ello...
Y nada de eso es cierto, aunque todo ello es verdad. Porque, como decía antes, nada ha cambiado exteriormente que nos requiera replantearnos la vida. Pero de golpe y porrazo cambiamos por dentro y, se quiera o no, eso nos replantea un poco la vida...

En cierta forma es como si a medida que fuésemos sumando años aumentásemos nuestra confianza en nosotros mismos con el dígito de la derecha de nuestra edad. Y como si el valor de nuestros miedos resultase del dígito de la izquierda. Un buen día, el día de tu cumpleaños, la derecha pasa a 0 y la izquierda aumenta en una unidad. Y, horror, todo ha cambiado por sorpresa y vemos acercarse ese mundo que sabíamos que existía pero que veíamos tan lejano en el tiempo...

Claro que no es igual a las diferentes edades. Para un chaval de 19 que cumple 20 la cosa no es nada grave. En tres días se da cuenta de que sigue saliendo con los amigos como de costumbre, que no ha perdido ningún tipo de fortaleza y que eso de tener 20 es un lujo. De hecho, en algunos países sirve para acercarle más a la mayoría de edad, por lo que es hasta deseable. Y si surge alguna inquietud, enseguida se olvida...

Peor es para un recién treintañero que no esté bien asentado. Entrando en la madurez puede encontrar que su vida está siendo echada a perder y que el tiempo avanza sin haberse dado cuenta. Y es fácil descubrir cierto síndrome de Peter Pan mal enfocado. Para los varones, es inevitable fijarse en los deportistas de éxito 5 años mas jóvenes que están en la plenitud de su carrera y ya han ganado más dinero del que gastarán jamás. Y las mujeres de esta edad ya suelen tener varias amigas con hijos que les hacen recordar aquello tan cruel del reloj biológico. Todos se dan cuenta de que es más difícil quemar las curvas extra en el gimnasio, y afrontar que muchos sueños de juventud se han demostrado inalcanzables puede resultar muy frustrante.

Y para aquellos que cumplen 40, el golpe es muchas veces brutal. Es normal llegar ya asentado y maduro para superar cualquier cosa, pero no es infrecuente que se alcance la cifra mágica en plena crisis emocional con la pareja, en un estado laboral inquietante en el que muchos empujan por detrás o, simplemente, tomando conciencia de que, lo siento chico, esto se acaba... Es época de locuras mucho mayores que en otras edades, pues muchas veces se dispone de dinero y la mente trastornada por el "cambio". Y la mente trastornada y el bolsillo lleno es sinónimo de burradas caras, a lo grande. Deportivos de los que hacen crecer el pene, operaciones que suben hasta la bolsa (del valor de Corporación Dermoestética, digo), y otros lujos caros que cubran todas las carencias, ya sean emocionales o capilares. Una mierda...


Creo que según pasan los años uno se va aceptando, y acaba aprendiendo que la partida, esa en la que el marcador viene determinado por el dígito derecho y el izquierdo de nuestra edad, no se gana más que jugando hasta el final.
Por eso cuando se llega aciertas edades, se van aceptando las derrotas que nos da la vida con mejor perder, y se asumen como contrapartidas de todo lo bueno que se gana con los años. Se le quita importancia a cosas que no la tienen y se le otorga a las que hemos obtenido con la lucha diaria. La madurez de la vejez se refleja en sabiduría y paciencia, en experiencia y aceptación.

Pero yo sigo siendo un niño y tengo a Peter Pan de compañero de sueños. Así que no os sorprendáis si confieso que no sé apenas nada y que lo quiero todo ya. Y que no valoro el pasado, y no puedo aceptar ir perdiendo 3-1 con la vida... Esa miserable se va a enterar, y para cuando vuelva a sumar una decena, sabrá lo que es bueno.
Eso, o me verá llegar con el descapotable bajo el brazo (tempus dicet, o algo así)...

martes, 26 de agosto de 2008

Como encender un fuego (III)

Londres, 2011

En una mansión victoriana en el barrio de South Kensington, se reune un grupo de aristócratas ingleses, encargados de diseñar la ceremonia de apertura de los Juegos de Londres 2012. Lord Duncombe dirige la velada:

- Estimados compañeros, hemos de ponernos de acuerdo en la manera de afrontar el encendido de la antorcha olímpica. En ocasiones anteriores hemos observado como algunos países muy por debajo de nuestra clase e historia han realizado aportaciones magníficas. Así que la reina nos ha encargado un diseño novedoso que nos sitúe allí donde nuestra sangre se merece.

- En mi opinión, lord Duncombe, no es necesario hacer nada especial -replica lord Wodehouse-. Nuestra natural grandeza hace que nuestros actos destaquen por si solos allá donde vamos. A fin de cuentas, Arthur, somos ingleses, que caramba...

- ¡Oh!, lo sé bien Richard, opino como tú y como cualquier ingles que se precie, ha, ha, ha... Pero la reina está empeñada en complacer a esos absurdos extranjeros con un espectáculo grandioso y pleno de imaginación. Tonterías de esos salvajes. Nunca nos agradecerán suficientemente lo que hemos hecho por ellos.

- Ciertamente, lord Duncombe -contesta el más viejo de los presentes, sir Alastair Wynn-Carrington, de 95 años, postrado desde hace 15 en su silla de ruedas-, deberíamos coger unos cuantos cafres de Zimbabwue para que cargaran a hombros un trono con nuestra reina para encender el pebetero. Ese Rhodes, que gran hombre, muy bueno lo que hizo por aquel país. Y quizás, al lado de la reina, podría ir postrado Sebastian Coe, para ayudarla a con el encendido... Ese joven va a ser una gran sorpresa en la milla el próximo verano...

- Ejem, sí, sir Wynn-Carrington, tiene usted toda la razón, como siempre... ¿Amie, podrías darnos alguna de tus espléndidas ideas?

Amie es sir William Amherst, conocido entre sus amigos por su originalidad. Sus ideas se escuchan con la atención que merece cualquier gurú en su campo. Y Amie es sin duda el mejor en lo suyo. Que caramba, es inglés, a fin de cuentas...

- Ciertamente, Arthur, podríamos prender la cola de un zorro y que nuestros mejores jinetes le persiguieran hasta obligarle a entrar en el pebetero...

- Hmm, no sé, Amie, ya sabes que esos pusilánimes no son capaces de tolerar la caza del zorro. Aparte del riesgo de incendio, claro... ¿Se te ocurre algo menos explosivo?

- En ese caso, déjame pensar... anoche estuve viendo un espectáculo de variedades en ese pequeño teatro de Chelsea... uno de los números podría servirnos.

- ¿De qué se trataba?

- Era un típico lanzador de cuchillos. Se tapaba los ojos y lanzaba una tanda sobre su ayudante, atada a una ruleta a 10 metros de distancia. Se me había ocurrido que quizás podríamos hacer algo parecido. Entrenar a algúno de nuestros campeones para disparar a ciegas con un lanzallamas sobre un pebetero móvil... Es simple, pero efectista, y seguro que entre todos podemos hacer la idea aun más compleja para darle vida...

- ¡Oh!, magnífica idea Amie. Elegante, efectista... ¿Sir Wynn-Carrington? ¿Podría llamar a sus contactos de Rhodesia? Es posible que finalmente necesitemos unos cuantos cafres para los ensayos...

(Posiblemente esto no tenga gracia porque ni soy Tom Sharpe ni queda bien en palabras de un no ingles reírse así de ellos. Pero me apetecía, que narices... y con ello doy por terminada la serie sobre como encender un pebetero)

lunes, 25 de agosto de 2008

El caballero oscuro.

"El caballero oscuro" es la película continuación de esa reinvención de Batman que hicieron hace un par de años con Christian Bale como Bruce Wayne y Michael Caine interpretando a Alfred.
Una película interesante, tan tenebrosa como su nombre indica, que supone una continuación superior a la original y nos presenta un Batman especialmente humano, acuciado por la responsabilidad de su papel y por el choque moral que supone ser un vigilante secreto en una sociedad corrupta.

He de confesar que, aunque me gustó "Batman Begins", el movimiento de replantear todo de nuevo después de tener tan recientes la serie de películas de Tim Burton y Joel Schumacher me pareció, sobre todo, una muestra más de la fatiga imaginativa que últimamente afecta a Hollywood. Una película que mejoraba lo ya hecho, aunque no me gustara el papel de vividor amoral de Bruce Wayne. Pero que significaba continuar la estela de las miles de películas de superhéroes lanzadas recientemente. Y que parecía muy oportunista.

Ahora bien, una vez dado el paso, "El caballero oscuro" ha continuado mejorando el producto, y es algo que se agradece. El guión es complejo y rebuscado, y bucea en las motivaciones de las personas en busca de la definición del bien y el mal. Deja por momentos un regusto amargo y mucha incertidumbre de donde se encuentran las fronteras del primero para defendernos del segundo. Así como de hasta que punto un ser bueno puede actuar malévolamente en una circunstancia límite. El hecho de que, en ese punto, la acción moralmente más complicada y a la vez más desprendida la realice un presidiario condenado no es sino una muestra más de por donde va la película.

Y la película va por la búsqueda del propio yo en la confrontación de una realidad que nos exige responsabilidades extremas.
De como Bruce Wayne, en su deseo de que el bien sobresalga en su mundo, se encuentra ante la contradicción de que igual Batman se sitúa por encima de las reglas. Y con la paradoja de que quizás Batman le impida ser él mismo en un mundo que necesita más a Batman que a Bruce Wayne.
Por eso, para huir de si mismo y poder encontrarse, Bruce decide apoyar a quién para él es el verdadero héroe que Gotham necesita, Harvey Dent (Aaron Eckhart).
Y por eso el Joker, interpretado de una inusual pero fascinante manera por el difunto Heath Ledger, representa el mayor de los peligros. Pues su locura e ignorancia de los límites sitúa a toda la ciudad (Bruce Wayne incluido) en una situación en la que debe comprometerse moralmente si quiere seguir siendo viable como tal.

Como queda claro, la película tiene más chicha de lo que habitualmente nos encontramos en una película de superhéroes. Plantea grises en un mundo que típicamente vive de blancos y negros polares, y genera dudas en los personajes protagonistas que hacen dudar al propio público.
Pero la verdad es que al final, después de rodear la cues
tión hasta marear a una peonza, la historia se hace un poco larga, y queda demasiado resuelta para dejar libres las dudas que plantea. Soy de los que creen que un final más abierto ,justo después de las dos explosiones que suponen el giro definitivo de la película, hubiese sido más interesante...

En cuanto a aspectos más técnicos, las interpretaciones me parecieron todas bastante buenas, con un ya destacado Heath Ledger a la cabeza. Pero sería injusto no hablar bien de Aaron Eckhart, Christian Bale y Maggie Gyllenhaal, que hacen interpretaciones más que dignas. Y decir que Gary Oldman, Michael Caine y Morgan Freeman lo hacen también muy bien sería casi como redundar en sus propios nombres, así que no lo haré.
La dirección de Christopher Nolan es muy interesante, narrando con bastante precisión la historia y dándole a toda la película un aire de cine negro que le queda muy bien al personaje de Batman. No me convence del todo la normalidad q
ue ha querido darle a Gotham City, pero esta claro que es una elección basada en otorgarle a la película el tono negro antes citado, y es algo que logra. Y las escenas de acción se resuelven con una dosis nada exagerada (para ser una película de cómic) de efectos especiales e imposibles físicos, lo cual se agradece.

Si te estas pensando si merece la pena verla en el cine, creo que es suficientemente recomendable. No es una película de Oscar (aunque igual se lanzan a dárselo a Heath Ledger, por eso de estar muerto), pero si bastante aceptable. Y contiene suficiente acción como para quedar mejor en pantalla grande.
Entretenida y capaz de hacer pensar un poco, interesante.

viernes, 22 de agosto de 2008

El coleccionista de chocolatinas.

Esta semana pasada era difícil no encontrárselo por todas partes. Que si Michael Phelps por aquí, que si Michael Phelps por allá... un verdadero coñazo...
De todas formas, por si no has vivido en la Tierra en la última semana y no sabes quien es, aquí tienes unos pocos datos:

Michael Phelps es un joven de Baltimore, en los EEUU, que nació con un pequeño desorden de hiperactividad. Debía ser un poco cansino, por lo que a su madre no se le ocurrió otra cosa que intentar ahogar su energía en una piscina. Pero con eso de ser hiperactivo, agitó mucho los brazos y las piernas, y alguien le vió y pensó que tenía potencial como nadador.

Tras esta forma tan húmeda de enfrentar su hiperactividad nació el mejor nadador de todos los tiempos.
Con 15 años acudió a Sidney, a sus primeros Juegos Olímpicos. Y aunque aquí no hizo nada de especial interés, poco después explotó como nadador y empezó a batir todos los récords de sus pruebas favoritas: estilos, mariposa y libres, en distancias medias. Y tras ganar 6 oros y 2 bronces en Atenas 2004, esta semana pasada ha ganado otras 8 de oro en Pekin 2008, lo que le convierte, de largo, en el que más medallas de oro ha ganado en toda la historia de los Juegos Olímpicos (hasta ahora 9, compartido por 4 competidores) y, de corto, en el que más ha ganado en un único ciclo (antes el récord lo tenía Mark Spitz, con 7, desde Munich 1972).

Michael Phelps me cae muy bien (de veras, me parece un tipo simpático y humilde), pero confieso que me jode tanta repercusión y tanto jaleo con sus medallas.
Porque sí, es evidente que lo que ha hecho es muy, muy grande.
Pero la verdad es que compite en una disciplina que favorece conseguir tantísimas preseas. Y que si se ha convertido en el mayor acaparador de la historia es, en buena medida, gracias a que la natación, como deporte, dispone de una colección de estilos que facilita conseguir muchísimos premios a una única persona (no en vano Mark Spitz también era nadador). Y la trascendencia que ha ganado es mucho mayor de la que, en mi humilde opinión, merece.

Aunque habrá quien no comparta mi parecer, yo, que procedo del fútbol y el atletismo, entiendo que una carrera trata de cubrir una distancia en el menor tiempo posible. Y, en competición, en hacerlo más rápido que los contrarios.
Por eso nunca entendí muy bien la marcha, que sigue pareciéndome bastante ridícula y más lenta que la carrera (aunque a la gran mayoría de los que la ven por la tele les sorprendería saber la velocidad a la que van los marchadores). Y por eso no veo muy claro que se valore tanto competir en el agua en diferentes estilos, siendo únicamente uno el más rápido. Ya puestos, hagamos en tierra los 100 m lisos a estilo cangrejo o a la pata coja, con nuevas carreras de relevos incluyendo los diferentes estilos, aumentando las posibilidades de que salga por ahí un crack capaz de ganar 18 medallas de una sola tirada.

Lo que quiero decir es que lo que ha hecho Phelps es impresionante, pero no puede ser comparado en absoluto con otros grandes de la historia de los Juegos Olímpicos que hicieron cosas increíbles. Gente como Al Oerter, que ganó cuatro oros consecutivos en su especialidad, lanzamiento de disco. O Adebe Bikila, que ganó el maratón dos olimpiadas seguidas (Roma 1960 y Tokio 1964), la primera de ellas descalzo. O, sin ir tan lejos, como Carl Lewis, que también ganó cuatro oros consecutivos en salto de longitud y además consiguió ganar en otras pruebas como los 100 m y los 200 m lisos.
Y puestos a buscarnos al mejor, para mí no hay duda que sería Emil Zátopek, único ser humano que ha sido capaz de conseguir en una misma olimpiada el oro en 5000 m, 10000 m y maratón (Helsinki 1952). Zátopek sumó a sus éxitos el hecho de lograrlos en pruebas de resistencia, que precisan de mayores tiempos de recuperación, corriéndolas en menos de una semana. Y especialmente el maratón, que corrió en aquella ocasión por primera vez en su vida (merece la pena bucear un poco por su existencia, porque en su vida no deportiva también tuvo algunas experiencias interesantes).

Gente con muchísima más épica que Michael Phelps, al que le reconozco un enorme mérito, pero que, simplemente, aun no está a la altura (aunque igual, si sigue esa estela, algún día lo esté).

Así que, por favor, dejen de aburrirme con Michael Phelps y sus 14 oros, que aunque ya sea un mito por una simple cuestión de cantidad, aun le falta clase para situarse por derecho entre los más grande de la historia...

jueves, 21 de agosto de 2008

Descubriendo...

A comienzos del año 2001 Daft Punk, grupo de música electrónica francés, editó el que posiblemente sea su mejor disco hasta el momento, "Discovery" (disco que coincide en nombre con uno de los mejores de la Electric Light Orchestra, aunque ahora no viene a cuento). Con él, Daft Punk rompía un poco con el estilo más electrónico de su disco anterior, "Homework", y se acercaba al pop y al dance, con un hit inicial que se hizo con la corona a la canción discotequera del año: "One more time".

La canción me gustó desde un principio y, como ya conocía al grupo, acabé con el disco en mis manos, ahora no recuerdo si comprado o regalado por decreto (CD original, eso sí). Y aunque se convirtió en la típica canción plasta que acabas odiando de tanto escucharla, ya ha pasado el suficiente tiempo como para que siga disfrutándola cuando cae de vez en cuando en algún local.
Pero lo que descubrí gracias a aquella canción fue un disco fabuloso en el que canciones como "Digital Love" o "Something About Us" destacaban con brillo propio, así como otras instrumentales cual "Crescendolls" o "Veridis Quo", dispuestas a hacerte bailar como un loco, o la lenta "Nightvision", posible fondo para una escena romántica de cualquier película de ciencia ficción.

Lo que me encontré después fue que el vídeo musical de "One more time" lo había creado Leiji Matsumoto, uno de los grandes del manga, y que en realidad era un fragmento de una obra mayor, una película, una opera-rock-pop-dance en formato ánime, cuya historia se narraba sin palabras (ni falta que le hacen) siguiendo las distintas canciones del disco. La obra se titula "Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem", y es una pequeña joya musical en dibujos animados.



Hay mucha gente a la que no le gusta la música electrónica. Y escuchando muchos discos machacones en los que los golpes rítmicos se suceden durante minutos sin aportar grandes variaciones, es algo perfectamente comprensible. Pero este "Discovery" es algo diferente, un disco que merece la pena escuchar.
No dejéis de probar los links del post...

miércoles, 20 de agosto de 2008

CSI: Esto hay que investigarlo...

Leía el otro día en el periódico que el actor que hace de Grissom, el jefazo del CSI en la serie "CSI Las Vegas", quiere dejarlo, así que hay tortas por hacerse con su papel.
Es lo normal cuando te pagan una millonada por capítulo y encima tienes un papel interesante, que sea muy atractivo. Pero la lista de actores que se barajaban para sustituirle era cuanto menos extraña.

Por un lado, uno de los elegidos era Kurt Russell. Yo no sé si os pasa como a mí, pero por muchos años que pasan yo sigo viéndole como el chiquillo ese que protagonizaba las películas de Disney allá por los años 60 y 70. Y luego nunca me lo creí cuando se fue haciendo mayor e intentó convertirse en un duro de película, me parecía una parodia.
Ahora como Grissom no le veo en absoluto, no me parece un buen actor, y aunque tampoco William Petersen me parezca la bomba, el caso es que creo que para sustituirle hace falta alguien más dotado.


En ese sentido, otro que se citaba anda más que sobrado: John Malkovich. Un pedazo de actor como la copa de un pino con el que un amigo mío mantuvo una curiosa comunicación en una ocasión, en un festival de San Sebastián. El caso es que tiene talento y carisma para dar y repartir al resto del reparto, pero se ve que no le venía bien por asuntos de agenda, así que a éste lo han descartado definitivamente.

Y por último, el gran favorito para hacerse con el papel es... ¿Lawrence Fishburne?
No sé, no lo veo, y habría motivos para verlo claro... es decir, oscuro... ya me entendéis...
De verdad, ¡en que coño piensan! No me considero racista, pero sustituir a un actor por otro de otra raza me parece demasiado retorcido, demasiado ejercicio de imaginación para el espectador...
No se, quizás quieran darle un nuevo color a la serie y empezar a incluir tramas de índole racial, pero... ¿Grissom negro? Lo siento mucho, pero es como si en plenos años 80 hubiesen decidido cambiar a Bill Cosby por Chevy Chase y pretendieran que me pareciera bien: "Hey Dennise, en vez de a Hillmann te vamos a enviar a Harvard, que va mucho más con tu nueva familia"... claro que Dennise era sospechosamente clara de piel, y siempre pensé que podría ser más hija de Chevy Chase que de Bill Cosby...

Ahora en serio, espero que simplemente la noticia estuviera mal redactada, y más que buscar un sustituto para el papel de Grissom quieran un buen actor para hacer de jefe del CSI (Smith o Johnson, o Walters, pero nunca Grissom). Porque sino dejaré de ver la serie incluso con la eventualidad con que lo hacía hoy en día.
Le tengo mucho cariño a mi pelo para que me lo tomen sin más...

martes, 19 de agosto de 2008

Como encender un fuego (II).

Bei-Jing, 2007

Ante una mesa redonda, 90 chinos miembros honorarios del Partido, uniformados, con un alto comisario (el honorable Chuan) encabezando la reunión, indicando como debe ser la ceremonia de inauguración. El resto escuchan con mucha atención, y rara vez parpadean, por lo que sus ojos solo se hidratan con las gotas de sudor que les caen por la frente. Llevan 26 horas reunidos, pero de allí no saldrá nadie hasta que se haya dado una buena idea sobre como encender el pebetero. Ya llevan 25 horas callados y observando, pero nadie ha ofrecido una idea.

De repente, tras valorar muy detenidamente si la magnitud de sus palabras puede ser o no motivo para que sus hijos acaben en uno de los nuevos centros de reprogramación mental que el gobierno está probando, con mucho éxito en las exposiciones de "Bodies" a lo largo del mundo, el señor Chen alza la voz:
(Os traduciré literalmente al castellano para los que no sabéis chino)

- Honorable Chuan y resto de honorables hermanos de la patria. Si en su infinita benevolencia me permiten expresar la humilde opinión que un miserable agente del partido de 5º grado como yo puede aportar a la mayor grandeza de este majestuoso comité...

El Honorable Chuan mira con un gesto de desprecio y asiente muy lentamente esperando la opinión del humilde Chen, que continua:
(Os traduciré no literalmente al castellano, para no cansarnos)

- Honorable Chuan, señores. Creo que para igualar la espectacularidad de las citas anteriores, deberíamos hacer que un astronauta chino flote sobre el estadio con una mochila de cohetes (Los Angeles 84'), encienda ahí arriba una flecha y la lance sobre el pebetero.

El señor Chen calla, esperando respuesta, mientras en su bolsillo vibra su iPhone falso de marca Hai Dao, anunciándole que su familia acaba de ser trasladada a una cárcel de Xinjiang.
Ante el silencio toma la palabra el honorable Chuan:

- Señores, deben estar a la altura de la situación. Debemos demostrar que China es la nueva potencia emergente, por encima del resto de países del planeta y con una fuerza y un potencial inigualable. Nosotros, los chinos, hemos de hacer cosas que nadie haya hecho, demostrar nuestra fuerza y capacidad de sufrimiento para sobreponernos y sobrepasar al resto.

- Señor - toma la palabra el minúsculo Chang-, tal vez si alguno de nosotros se quemase a lo bonzo y se arrojase al pebetero sería una demostración muy clara de nuestra capacidad de entrega y sufrimiento por el país, aparte de ser algo muy oriental...

- Tendré en cuenta su voluntad, señor Chang -responde el honorable Chuan-. Pero no nos rebajaremos a imitar a los vietnamitas. Además, necesitamos algo que sea más aceptable para los occidentales. Piensen señores, algo que demuestre que el hombre chino es capaz de alcanzar cotas que ningún otro hombre haya alcanzado, y que nos ponga por encima del resto de hombres.

- Entonces creo que tengo la solución, honorable Chuan -se lanza el execrable Huang, aun sorprendido por su propia arrogancia-. Honorable, lo que debemos hacer es que uno de nuestros prohombres ande por las alturas del estadio, sobre todas sus cabezas, inalcanzable, hasta llegar al pebetero, en una imagen que se recordará siempre y nos situará por encima del resto de pueblos para la eternidad.

- Hmm, me gusta como piensa, execrable Huang...


lunes, 18 de agosto de 2008

WALL-E

La última película del estudio Pixar viene precedida de mucha expectación y la idea de que es tan buena que podría competir en la categoría de mejor película en los próximos premios Oscar.
Y si estuviese en mi mano, aunque sea prematuro pues quedan aun muchas películas por ver este año, lo cierto es que la nominarían sin duda. Es más, si ya lo estuvo "La Bella y la Bestia", sería un agravio comparativo inimaginable que no estuviera ésta, que es infinitamente mejor y es una obra totalmente original. E incluso, hoy por hoy, le daría serias opciones de llevárselo.

La historia nos cuenta una maravillosa fantasía romántica en la que el protagonista es un pequeño robot olvidado en un planeta Tierra desierto. WALL-E, que así se llama el robot, (abreviatura de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) . Un robot con mucho más corazón y alma del que he visto en cualquier otro personaje de dibujos animados hasta el momento, y que resulta excepcionalmente expresivo pese a no disponer de más rasgos característicos que sus enormes ojos y su cuerpo de cubo.
La vida de WALL-E (pues, pese a ser un robot, lo suyo es pura vida) se basa en la compactación de basura en un mundo repleto de ella, destrozado por el ser humano en su mal enfocado avance tecnológico. Y es una vida de soledad y rutina mecánica hasta que un buen día aparece en su vida EVA, un robot de exploración enviado desde el espacio, y toda su existencia cambia y se replantea, pasando ella a ser su centro.


Durante cerca de media hora, la media hora inicial de la película, ésta discurre sin un solo dialogo. En ese espacio de tiempo conocemos a WALL-E y su entorno y, aunque parezca mentira, no aburre en absoluto. De hecho es sin dudas la mejor parte de la película, y una joya del cine de animación de todos los tiempos.
Posteriormente la obra se centra en resolver asuntos más humanos. Aparecen personas y muchas más máquinas, y se dan situaciones más convencionales (llenas de homenajes, como es habitual en estas películas). Pero la cinta consigue transitar sin disminuir en ningún caso la intensidad de la narración y, si bien creo que el final está muy almibarado para resultar más accesible al público infantil, la verdad es que consigue emocionar y divertir constantemente, y se le perdona sin problemas todo el exceso de azúcar.

En alguna ocasión dije de alguna película que era de esas que se debían mostrar a los pequeños que vienen por detrás, para que aprendan a ser mejores personas. Bueno, pues esta es para enseñársela a todo el mundo, grande o pequeño, pues seguro que es capaz de transmitir buenos sentimientos a cualquiera.
Y, personalmente, he de confesar que hacía muchísimo tiempo que no veía nada que me emocionara de la manera en que lo ha hecho WALL-E. Una película que es más que probable que vuelva a ver en el cine y que seguro que acabaré comprando en DVD en el futuro.


Vete a verla, no lo dudes, al primer cine que te encuentres. Si tienes prejuicios con el cine de animación, tíralos a la basura. Ya.
Y si crees que va a ser una película demasiado infantil, piensa que en la infancia están las bases de todo lo que somos, así que igual con una película así es más fácil encontrarse a uno mismo.
A que estás esperando, corre.

viernes, 15 de agosto de 2008

Cagarse en todo.

Saben, este mes de agosto me toca trabajarlo enterito, de cabo a rabo. Eso para mucha gente puede ser un problema, y lo cierto es que me es difícil acoplar vacaciones con mis amigos en septiembre, pero no está mal. El trabajo es a otro ritmo y, aunque faltan compañeros, se lleva bien. No es motivo para cagarse en todo...

Lo de que a Rusia le haya dado la vena invasora y se esté llevando por delante Georgia es muy desagradable. Para los georgianos es jodidísimo, claro, y para la Unión Europea supondrá un problema gordo si a Rusia le da por cerrar el grifo del petróleo asiático que pasa por allí, pero personalmente confieso que no me siento muy afectado. Empatía por la situación de la gente que sufre la guerra sí, pero visto desde demasiado lejos como para cagarse en todo...

Aunque después de lo anterior suene muy superficial, me jode un poco el asunto de perderme las olimpiadas, la verdad. Con eso del desfase horario la mayoría de las pruebas son o por la noche o bien mientras estoy trabajando. En ninguno de los casos puedo ver muchos de los acontecimientos más interesantes y, como ya he dicho por aquí antes, adoro el deporte (soy de los que se saben hasta las reglas del fútbol australiano). Pero bueno, tengo un sintonizador de televisión USB y muchos ordenadores a mi disposición, así que para los casos más graves (¿España finalista en baloncesto quizás? ¿Final de los 1500 m? ¿Posible récord del mundo en los 100 m? ¿Final de hockey hierba contra Holanda, tal vez?) hay una solución. Tampoco es para cagarse en todo.

Ahora bien... tengo unos vecinos, con pinta de estudiantes universitarios de fuera de Madrid, en el piso de abajo. Estuvieron en el piso hasta finales de julio, momento en el que debieron partir a sus respectivos hogares y, curiosamente, no han dado ningún problema en todo el año (ni una mísera fiesta desfasada).
Desde el día 1 de agosto, todas las mañanas, a las 6:30, su despertador empieza a sonar a través de su ventana, pasando por el patio, penetrando por la mía, con un bip que se transforma en un bip-bip y luego en un bip-bip-bip y así progresivamente hasta pararse un largo minuto después.
Y, tras descansar cuatro míseros minutos, vuelve a empezar, con su implacable ritmo de snooze, hasta completar una interminable media hora.
Y eso, creedme, es para cagarse en todo lo cagable, con premeditación, alevosía y diarrea...


Cualquier día me descuelgo por la ventana y me llevo el puto despertador para volarlo en un descampado juntando la pólvora de unos petardos. Hablo en serio, ya he hecho cálculos de peso con mis sábanas, y sé que cantidad de polvora necesitaría para desintegrar un despertador estándar.
Así que si oís en las noticias algo parecido, no os quedéis con el nombre del protagonista, que ya sabéis que lo mantengo secreto en el blog, hacedme el favor.
Y no os dejéis engañar por las apariencias, no estoy loco.
Aun.

jueves, 14 de agosto de 2008

Live is life

Opus, pero el bueno.
Tendría 11 o 12 años, y estaba con el colegio pasando unos días en una granja escuela cercana a El Escorial, donde el monasterio.
Por aquel entonces aun no era un fan de la música, y creo que todavía no me había comprado ningún disco por mi cuenta pero, ventajas de tener hermanos mayores, tenía un monton de casettes grabadas con mucha de la música que heredaba de ellos.

Aquella mañana me desperté muy pronto, antes que el resto de mis compañeros (los de mi clase y los de otras, algunos menores y algunos mayores). Dormíamos separados por sexos, un barrracón masculino con todos los chicos y otro femenino para las chicas, y aunque ya entraba algo de luz por las ventanas no había ni un ruido en la sala. Pero como una vez despierto me cuesta volver a dormirme me quedé tirado en mi cama, la parte superior de una litera, y decidí pasar el rato escuchando algunas de aquellas cintas que me habían acompañado.
Tras unos minutos de inmersión musical que repasó diferentes artistas ochenteros, llegó un momento en que me olvidé por completo de donde estaba y quién me acompañaba. El poder de la música. Y entonces comenzó a sonar aquella canción, "Live is life", de Opus.
Sin darme cuenta empecé a cantarla, bajito al principio, a voz en grito después, inmerso en mis auriculares a todo volumen...
- Live is life, nanana na nana...



Cuando me di cuenta todos mis compañeros estaban despiertos, y un monitor de la granja se había acercado para ver si los berridos que escuchaba se debían a que alguien estaba enfermo, que había una pelea o, quizás, a que algún animal suelto se había colado en el barracón. Temporada de matanza no era, así que eso sabía que no podía ser...

Y así fue como descubrí que, cuando uno escucha música a alto volumen con auriculares, es fácil que pierda la noción de lo que sucede a su alrededor, y que más vale ser prudente al hablar o cantar, pues al no oirte tiendes a elevar la voz. Lo descubrí de forma traumatica para mis amigos y compañeros, pero es una lección que nunca olvidaré (y que más tarde me recordó mi amigo Caco, compañero de la universidad, cuando le presté mi walkman y, una vez comenzada la clase, me comentó a voz en grito, cortando a una profesora que explicaba las bases de la fotosíntesis: "Es bueno esto ¿eh?...").


PD: En esto de los blogs parece ser que hay quién da premios a otros blogs, por lo que les guste o por lo que les llame la atención. No soy muy de premios, pero me han dado uno, y no puedo menos que agradecerlo. Muchas gracias Ayshane, no lo merezco.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Una gallinacea como jefe.

Cuando empezó el Caiga Quién Caiga aquí en España, allá por 1996, había una magnífica sección presentada por Juanjo de la Iglesia que se titulaba algo así como "Curso de ética periodística". En ella destripaba titulares que encontraba cada semana en la prensa, convirtiéndolos en lo que el periodista debería haber hecho y no hizo, y en aquello que le hubiese gustado hacer y no tuvo valor.

El otro día encontré (o me encontraron más bien, gracias Javi) un titular de esos que el periodista hubiese querido poner pero no se atrevió. Con la curiosidad de que esta vez al periodista se le escapo y lo puso. O más bien, a su redactor jefe le pareció divertido ponerlo, y entre los dos lo hicieron. Me los imagino viendo el resultado y diciéndose uno al otro "Jo tío, como nos pasamos, juas, juas, juas, somos unos piratas...":

"Condenado por irrumpir en un club de alterne armado y gritando 'esta noche manda mi polla'"

Al contrario de lo que pudiera parecer, el individuo en cuestión que irrumpió en el club gritando eso, no es criador de aves. Es más, ni siquiera se refería a su mascota Caponata, sino que hablaba de su miembro viril (uhhhh, ha dicho miembro viril....).
Según la propia noticia, el amigo llego al club, amenazó con un arma a las empleadas y resto de clientes, y pidió que se les sirviera a todos grátis, bajo mandato de su as de bastos ('Soy el jefe y esta noche manda mi polla').

Una vez hecho eso, colocó su pistola (no especifica cual) sobre la barra (tampoco especifica), y, tras bloquear la puerta de entrada, robo los 100 míseros euros que había en la caja.

Al pobre imbécil, que debía andar puesto hasta las cejas de de algún estimulante poco recomendable, le ha caído una buena multa por su hazaña, así como unos añitos de cárcel, en los que dudo que intente montar otro espectáculo similar en las duchas.

Pero a mí la frase me ha resultado de lo más graciosa, así que estoy planteándome ponerla en práctica como método de ligoteo. ¿Le veis futuro como frase para entrar a un grupo de chicas? Imaginaos a vosotros mismos en una discoteca, lanzándoos sobre un grupo de solteras que bailan en circulo haciendo el típico corrillo, situándoos en todo el centro y soltando:

"......eh...."

No, no me lo imagino, pero como apuesta podría estar bien...
Como última opción queda un juego de roles más íntimo, una noche loca con alguna que se preste a vestirse de Leia mientras tu lo haces de bobby inglés y sueltas la frase en plan "Harry el castigador"...

Quizás parezca más loco, pero tiene más visos de tener éxito ¿o no?

Ahh, gran frase esa sí señor...

martes, 12 de agosto de 2008

Como encender un fuego (I).

Barcelona, 1991

Una tabla ovalada y una serie de artistas y creadores, planteando ideas sobre la ceremonia de inauguración de los Juegos de Barcelona 92. Con la palabra desde hace un rato, el máximo dirigente de la Fura dels Baus:

- ...y entonces unos gigantes que se muevan y bailen por todo el Estadio, ¿no? Y Hércules, por ahí en medio, navegando entre el Mediterráneo, que es agua, mar, vida, todo muy líquido, muy fluido ¿eh?...

Cansado ya después de un buen rato de exposición, el jefe del proyecto, el señor Prats, decide cambiar un poco el tema:

- ¿Y para encender la antorcha qué? ¿Alguna idea? Los americanos fueron muy espectaculares hace 7 años...

Al fondo dos artistas conceptuales invitados a la reunión, que han estado antes tomando unas cañas y fumando la marihuana que cultiva uno de ellos, cuchichean :

- Te imaginas tío, sería guay que lo hiciéramos en plan rollo Guillermo Tell, lanzando una flecha sobre el Cobi ese...

- No, no, jajaja, mejor ensartamos a un Cobi, le prendemos fuego y lo lanzamos, como si fuese el típico asedio a un castillo...

- Eso eso, jajaja, y ya puestos que el que lance la flecha sea paralítico, jajajaja.

- Jajajaja.

- ¿Señores? - el señor Prats, molesto - ¿Tienen algo que compartir con nosotros?

- ......ehhh.... pues la verdad......

lunes, 11 de agosto de 2008

Mamma Mia

Como amenazaba el otro día al publicar mi post sobre ABBA, ha sido salir la película de Mamma Mia y lanzarme a verla. Y, como esperaba, el resultado fue más que satisfactorio.

En su momento tuve la ocasión de ir a ver el musical, en español, y salí bastante contento de la sala. La historia no estaba mal, la gente cantaba bien, eran canciones de ABBA... La lástima era que se tratara de traducciones de las canciones, que se entiende necesario dado que en los musicales las letras son parte consustancial de la trama, pero que le quitaban gracia al asunto.

Ahora en la película no tuve semejante problema, pues fui a verlo en versión original, y salí más feliz que de la versión teatral.
Está claro que la representación en directo tiene alicientes de los que la película carece, pero también es cierto que las películas ofrecen medios imposibles para los teatros, por lo que, en este caso, me quedaré con la película. Esa localización maravillosa perdida en alguna isla griega (Skopelos o Skiathos. La capilla, la de Agios Ioannis, en Skopelos), a la que algún día tendré que ir, es impagable. Y disponer de Meryl Streep como actriz protagonista, por poco dotada que esté para la canción, también.

La historia que se nos cuenta, con todo lo tonta que resulta para poder enlazar las canciones de ABBA, es muy entretenida, y suficientemente redonda como para que el ritmo sea continuado y no aburra. Además, si rascamos un poco en ella, le podemos encontrar influencias shakespearianas, principalmente en su uso de grupos de personajes y en la forma de enredar y resolver las situaciones. Evidentemente, sin tanta destreza, pero con suficiente encanto para hacerla divertida.
Para los que la vieron en el teatro, la película no se diferencia prácticamente en nada a la obra, aunque quizás perfila un poco menos los personajes accesorios de los diferentes grupos de amigos. Aporta, eso sí, algo que le hace mucho más cómico y que, dada la ambientación, es muy apropiado: el coro, griego por sus componentes y por su procedencia lírica. La directora (Phyllida Lloyd) lo emplea para situarnos geográficamente primero y para dar sostén a las canciones después, y es todo un acierto.

En cuanto a las interpretaciones, priman las actuaciones sobre las capacidades vocales. Excepto en el caso de Amanda Seyfried, que interpreta a Sophie, ninguno de los actores principales destaca por tener una voz especialmente buena.
Pero lo cierto es que da igual. La calidad de las canciones quedan siempre por encima de cualquier otra cosa, y las infinitas tomas que permiten los estudios de grabación hacen que las voces de los demás actores no desentonen.
Ahora, eso sí, por encima de cualquier otra actuación queda la de la portentosa Meryl Streep, que da una lección de capacidad interpretativa al resto del reparto, pese a tener compañeros más que aceptables como Julie Walters o Stellan Skarsgård.

En definitiva, una película musical más que aceptable que asegura grandes dosis de entretenimiento y que no defraudará en absoluto a los forofos de ABBA que estén deseando verla (los cuales sabrán reconocer sin problemas las apariciones de Benny y Bjorn a lo largo de la película).
Por su formato y por lo que ofrece, una obra para ver en el cine.

viernes, 8 de agosto de 2008

La Carta Olímpica

La Carta Olímpica es el documento por el cual se rigen los comités olímpicos (el COI y los nacionales como el COE), y que fija además en que forma se organizan y desarrollan los Juegos Olímpicos. Como ella misma indica en su introducción, tiene tres objetivos principales:

"a) La Carta Olímpica, como instrumento de base de naturaleza constitucional, fija y recuerda los principios fundamentales y los valores esenciales del Olimpismo.
b) La Carta Olímpica sirve también como estatutos del Comité Olímpico Internacional.
c) La Carta Olímpica define, además, los derechos y obligaciones recíprocas de los tres componentes principales que constituyen el Movimiento Olímpico, es decir el COI, las FI y los CON, así como los COJO, todos los cuales han de ajustarse a la Carta Olímpica."

Como es un documento que se va renovando constantemente, y como el Comité Olímpico Internacional se ha transformado en un ente con un gran poder económico y social, lo cierto es que la Carta Olímpica resulta un poco tediosa y larga: tiene demasiadas cosas en que pensar...

Para no aburriros, os voy a hacer un copy-paste de sus principios fundamentales, que son solo seis y no ocupan más que media página:

1. El Olimpismo es una filosofía de la vida, que exalta y combina en un conjunto armónico las cualidades del cuerpo, la voluntad y el espíritu. Al asociar el deporte con la cultura y la formación, el Olimpismo se propone crear un estilo de vida basado en la alegría del esfuerzo, el valor educativo del buen ejemplo y el respeto por los principios éticos fundamentales universales.

2. El objetivo del Olimpismo es poner siempre el deporte al servicio del desarrollo armónico del hombre, con el fin de favorecer el establecimiento de una sociedad pacífica y comprometida con el mantenimiento de la dignidad humana.

3. El Movimiento Olímpico es la acción concertada, organizada, universal y permanente, ejercida bajo la autoridad suprema del COI, sobre todas las personas y entidades inspiradas por los valores del Olimpismo. Se extiende a los cinco continentes y alcanza su punto culminante en la reunión de los atletas del mundo en el gran festival del deporte que son los Juegos Olímpicos. Su símbolo está constituido por los cinco anillos entrelazados.

4. La práctica deportiva es un derecho humano. Toda persona debe tener la posibilidad de practicar deporte sin discriminación de ningún tipo y dentro del espíritu olímpico, que exige comprensión mutua, espíritu de amistad, solidaridad y fair play. La organización, administración y gestión del deporte deben ser controladas por organizaciones deportivas independientes.

5. Cualquier forma de discriminación contra un país o una persona basada en consideraciones de raza, religión, política, sexo o de otro tipo es incompatible con la pertenencia al Movimiento Olímpico.

6. La pertenencia al Movimiento Olímpico exige ajustarse a la Carta Olímpica y contar con el reconocimiento del COI.


Bueno, pues no quiero enrollarme mucho, así que iré al grano.
Si una vez leídos estos principios fundamentales uno puede seguir creyendo que efectivamente los Juegos Olímpicos modernos se pueden categorizar dentro del Olimpismo y el Movimiento Olímpico del que hablan sus principios, es que es un ingenuo.
Como alguien dijo una vez, el deporte se ha convertido en una especie de religión global. Y los Juegos Olímpicos, como máxima expresión de lo que significa el deporte, se han convertido en una forma flagrante de manipularnos a todos a través de esa fe en él.


Dicho lo cual, y dicho todo lo habido y por haber sobre los nacionalismos y las banderas, envidio con todas mis fuerzas a los deportistas que tienen la oportunidad de vivir semejante experiencia personal, les deseo la mayor suerte del mundo, y espero que España consiga un gran número de medallas.
No lo puedo evitar, es pura contradicción, pero es puro sentimiento.

Hoy se inauguran los XXIX Juegos Olímpicos de la era moderna, los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. Que nos deparen un gran espectáculo y muchas satisfacciones. Y ojalá que un verdadero Olimpismo se apodere de este mundo...

jueves, 7 de agosto de 2008

Palíndromos musicales.

Una de mis últimas adquisiciones musicales, que no descubrimiento, donde vamos a ir a parar, es un recopilatorio de ABBA, el grupo favorito no confesado de "Los amantes del círculo polar". Y yo sí lo confieso, lo escucho con gran deleite, igual que disfruté el musical "Mamma Mia", y con tanto entusiasmo como espero la película sobre el mismo que están a punto de estrenar.

El juego de voces y melodías alcanzados por estos cuatro suecos (¿que tendrán los suecos con el pop?) roza la perfección, y el puñado de canciones que dejaron para la historia es digno de la gran cantidad de fans que todavía conservan. ABBA es más que un grupo igual que el Madrid es más que un club o las croquetas son más que un alimento...

Aunque para cuando ganaron Eurovisión yo aun no había nacido, lo cierto es que su música es de esa que me ha acompañado casi sin querer desde que era un niño. Y es raro, porque nunca fue un favorito de mis padres o mis hermanos; simplemente es la típica música que siempre está ahí y como tal siempre ha tenido un hueco, nunca pasa del todo de moda.

Descubrí el vídeo que os voy a ofrecer hoy hace un tiempo, buceando por YouTube, rebotando entre la ELO, Olivia Newton John y Andy Gibb (por cierto, hay algún vídeo de una reunión de ABBA con estos últimos que merece la pena buscar aunque solo sea como investigación antropológica). Y me pareció absolutamente obligatorio colgarlo por aquí tanto por ser la mejor canción que ha salido jamás de Eurovisión como por la elegante manera en que combinaron el humor de su presentación con una obra de alta calidad musical.





Aun a riesgo de parecer un irremediable nostálgico, y pese a la posibilidad de perder el respeto de algún lector, me declaro fan incondicional de ABBA. Oligoqueto dixit.
Disfrútenlo como se merece; a saltos...
Y si quieren comentar el vídeo, no se corten que sin duda da mucho juego.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Doping

Por si alguno no lo sabe, adoro el deporte. Lo he practicado desde que tengo uso de razón, formando parte de diferentes equipos en diferentes especialidades (con pobres resultados por lo general, también es cierto). Y, como espectáculo, estoy enganchado, me encanta seguirlo, por televisión y a veces en persona, cuando tengo ocasión o no hay otra actividad que me resulte de interés (por suerte, se priorizar).
Aun hoy sigo practicándo deporte de vez en cuando, cada vez con menos intensidad después de una lesión de la que ya os hablé en mi post sobre fútbol, pero me sigue pareciendo una de las actividades más liberadoras y reconfortantes, ideal para relajarse y para mantener el ánimo.

Dicho lo cual, y ante la hipocresía en la que creo que se ha convertido el deporte profesional, voy a exponer una idea que prácticamente nadie apoya y que imagino que no gustará a muchos de vosotros: que el doping debería liberalizarse y dejarse al libre albedrío de los deportistas profesionales.

Me explico. Desde mi punto de vista, el deporte profesional hace ya mucho tiempo que dejó de ser deporte y pasó a convertirse en un espectáculo. De hecho, un espectáculo extremadamente lucrativo en muchos casos.

Intentar establecer similitudes entre el deporte que yo practico con mis amigos y ese por el que se pagan millonadas para emitirlo en televisión es como comparar el tiragüitos que nos fabricabamos cuando eramos crios con una metralleta. No tienen nada que ver, e intentar usar el deporte profesionalizado como ejemplo de vida sana es engañarse a uno mismo y engañar a esos niños a los que queremos alejar de una vida de vicios...

No, para mí deporte es esa actividad sana y poco competitiva que hacemos los demas, o incluso el que realizan deportistas de élite en especialidades que no dan casi beneficios. Ese en el que la lucha por superarse y ganar redunda en un beneficio personal no material, y que se nutre de la autosatisfacción más que del dinero de los admiradores.
Pero hoy en día el deporte profesional, ese en el que los deportistas son megaestrellas sobrevaloradas, es de todo menos sano. Esos deportistas realizan esfuerzos sobrehumanos que en muchos casos acaban pagando seriamente cuando se retiran. Y mientras están en activo, son muchos los que no solo apuran al límite con las sustancias que están controladas, sino que son más rápidos que los laboratorios con las que sí lo están. Y todo eso sin que, oficialmente, puedan tomar determinados productos habituales en cualquier botiquín español por ser considerados dopantes.

Con ese panorama, yo preferiría una situación más realista, en la que consideraramos los espectáculos deportivos como puro espectáculo y no nos comiesemos tanto la cabeza con la supuesta nobleza del deporte. Porque esa nobleza está muy ausente en el ambito profesional, y el respeto a las normas se debe a que es una forma útil de conseguir la victoria, más que a una consideración moral o de respeto al rival. Y engañarse al respecto no me parece nada bueno.

En ese sentido, y pese a que no me gusten mucho algunas cosas de los Estados Unidos, está claro que allí lo tienen más claro, y sus reglas antidopaje para los deportes más masivos son menos severas, más permisivas en muchas sustancias que se considera que benefician al espectáculo. Y muchos de sus (y nuestros) mayores ídolos deportivos entrarían en la lista de farsantes que tanto hemos inflado en los últimos años.


Y claro está que el tema de la salud del deportista es importante, pero creo que es algo que debe quedar en su mano, y en su ambición. El lema "no pain, no gain", tan aplicado en cuanto al resultado del esfuerzo, es perfectamente aplicable aquí al tratar del profesionalismo. Si estas dispuesto a arriesgar tu salud por ganar (y se entiende que ganar es concepto más material que el del mero triunfo), es asunto tuyo. Y no soy quién para limitar esos riesgos.

De hecho, si vamos a limitarlos, prohibamos deportes arriesgados como el alpinismo de alta montaña, la mayoría de los de motor, el paracaidismo, impidamos que los gimnastas y los saltadores de trampolín hagan volteretas muy complicadas o apliquemoslo en todas sus consecuencias y analicemos como dejan su cuerpo los corredores de maraton y los marchadores de élite después de una competición...

En realidad, ni siquiera me preocupa el que se produzcan desigualdades por culpa del doping. Doy por hecho que cualquier deportista de élite, para llegar a eso, es un tipo con un físico privilegiado. Y que para alcanzar su status, someten a sus cuerpos a esfuerzos muy cercanos al riesgo de su salud. Si son los mejores es por esa capacidad de lucha y esfuerzo.


Bueno, pues el doping sería un salto que todos los dispuestos a realizar el máximo esfuerzo darían, por lo que no habría un desequilibrio mayor que el que se produce entre aquel que más entrena y el que menos lo hace.

A decir verdad, lo único que me produce rechazo de mi idea es la perdida de romanticismo que se produciría sobre el deporte como efecto del doping. Pero, si soy sincero, eso es algo que se va perdiendo día a día, envueltos como están los deportistas en el brillo de la publicidad, los flashes de la fama y el dinero abundante. Así que en cierta forma sería solo quitarse la careta y adelantar lo que se nos viene cada día más encima.


Quizás esté siendo muy cínico, y plantee todo esto desde un punto de vista muy feo. Pero en realidad es porque me parece algo que carece de la importancia que se le da. Y porque al darle esa importancia mediatica y luego empeñarnos en machacar a los culpables que antes hemos entronado, lo que me resulta es extremadamente hipocrita.

Y, que quereis que os diga, puestos a elegir, prefiero ser cínico a hipocrita...

martes, 5 de agosto de 2008

Blatofobia.

Hagamos una entrada no apta para todos los estomagos...

Cucarachas, esos curiosos insectos.


Cuando estudiaba zoología, y sobre todo con la entomología, aprendí a endurecer mi estomago para evitar que determinadas cosas que normalmente me producen asco dejaran de producírmelo. Básicamente consiste en saber con que estás tratando y ser capaz de racionalizar el instinto hasta reducirlo por debajo del interés intelectual. Y así me resulta bastante fácil manejarme con la mayoría de los bichos asquerosos del mundo.

Pero con las cucarachas aun me cuesta lo mío. Aprendí a verlas con distanciamiento y a no tener ganas de alejarme, pero siguen pareciéndome repugnantes.


Las cucarachas con las que más habitualmente tratamos los seres humanos son la Periplaneta Americana (la de la foto), originariamente africana, y la Blatella Germanica, asiática. El porque de sus nombres científicos tan poco geolocalizadores habría que buscarlo en aquellos que se los pusieron, pero la verdad es que hoy en día están extendidas por almacenes y cocinas de todo el mundo.

La cucaracha es un animal muy interesante de la que difícilmente se puede dar más información curiosa que la presente en el blog entomoblog. Pese a ello, y a que al ser un grupo muy extendido sus propiedades pueden variar mucho de unas especies a otras, os haré un pequeño resumen de sus características más interesantes:

- Son terriblemente resistentes a toxinas y enfermedades, gracias a un sistema inmunitario muy eficiente.

- Son especialmente adaptables al ambiente, motivo por el cual están tan extendidas en el mundo.

- Poseen estructuras que les permiten reconocer vibraciones del entorno y anticipar así ataques de posibles predadores. Además, poseen una más que aceptable memoria y orientación espacial que les facilita huir y aprender de ataques anteriores

- Son animales tremendamente rápidos, y con una gran facilidad para esconderse en rincones estrechos, por lo que resultan difíciles de atrapar.

- Son capaces de vivir por tiempos muy largos para el común de los insectos, e incluso son especialmente resistentes a altas dosis de radiación nuclear.

- Tienden a moverse bastante, por lo que pueden hacer de vectores de enfermedades y agentes patógenos desde, por ejemplo, las alcantarillas hasta nuestra despensa.

Si a todo lo anterior le unimos el siguiente (y magnífico) dicho que se inventó una amiga de una buena amiga mía:

"No pises una cucaracha, que podría acabar siendo tu jefe",

concluiremos que estamos sin duda ante uno de los bichejos más desagradables que nos podemos echar a la cara (con todo el cariño hacia mi propio jefe directo, del que no tengo queja).

Dicho lo cual, y pese a que también hay que adjudicarles cierto mérito en el tratamiento de desechos urbanos, os deseo a todos una vida tranquila y alejada de estas simpáticas muestras de lo retorcida que es la naturaleza...

lunes, 4 de agosto de 2008

Sexo en Nueva York

Nunca he sido muy aficionado a esta serie, la verdad. Lo suficiente para conocer algo a los personajes principales, saber por donde tiraban cada una y un poquillo de como iba la trama general. En realidad creo que nunca he visto un capítulo entero, y más que nada lo sé de pillar trozos mientras la veía mi madre. Pero el otro día, sin tener muy claro que película escoger, acabé en el cine viendo su versión cinematográfica.

Bueno, simpática más que nada, un pelín larga quizás. Como si hubiesen ligado tres capítulos de la serie con un trasfondo común y hubiesen hecho una película de ello. Eso y, para darle más gracia y un poco más de chicha, como si los cuatro años que se supone que han pasado desde el final de la serie hasta el comienzo de la película hubiesen servido para sosegar emocionalmente a las cuatro mujeres, estabilizándolas con sus respectivas parejas.

La verdad es que siempre me dieron bastante grima las cuatro mujeres. Esa vida tan fashion, con esos modelitos, y sus súperzapatos, tanto lujo en una ciudad tan cara como Nueva York... Me jodía bastante ese aire de vida súper que llevaban, tan fácil, de tanto dinero. Y me asqueaba el doble juego que se traían, extremadamente superficial por un lado, aparentemente profundo en muchas ocasiones. Pero bueno, aceptaba que era una mentira destinada a su público, y me lo tomaba con calma, como si no fuese conmigo (no tengo pechos, ni forma de pera, ni soy una mujer moderna... no iba conmigo), disfrutando de algunas de sus conversaciones más inteligentes y de sus momentos más graciosos, lo dejaba pasar...

Pero dos horas y cuarto de película, meándome buena parte de la misma (¿a quién se le ocurrió que una bebida mediana contiene un litro de líquido?), y sin suceder gran cosa (nada muy diferente de lo visto en la serie durante tantos años) son demasiadas, la verdad. Y ni Carrie ni Samantha, ni Miranda ni Charlotte merecen tanto interés por mi parte...

Así que es una película destinada más a fans que otra cosa (como las cinco "jennies", o "juanis", no lo tengo claro, que aplaudieron al terminar la película como si se hubiesen visto a ellas mismas, las ilusas), que te hará gracia unos ratos y también te aburrirá otros, y que no está mal para dejar pasar el rato si eso es lo que deseas, pero que tampoco llenará ningún vació espiritual.

Otra para el videoclub, vamos, si es que prácticas ese noble arte...

viernes, 1 de agosto de 2008

Bendita locura...

Cuando tenía 16 años uno de mis mejores amigos se fue a pasar el año a Estados Unidos, a hacer 3º de BUP. Y volvió como vuelven las personas que se van, con muchas experiencias diferentes y muchas cosas que contar, cambiado.

Lo que más le cambió fue su estilo personal. No duró demasiado, pero resultó que en su etapa americana se había hecho muy amigo de un grupo de chicos skin heads y se había rapado el pelo, llevaba una bomber, aparte de haber descubierto el ska. Y fue a través suyo que descubrí el ska y aprendí a bailarlo y encontré que era sumamente divertido...

Su rama skin head era antifascista y proletaria, tal y como nacieron los skin heads en Gran Bretaña antes de que los nazis usurparan su estética. Y el ska que aprendí con él era el originario de Jamaica, hermano del reggae, pero a ritmo más rápido, y su evolución "skatalítica". Incluso llegué a ir a algún concierto e hice mis pinitos en la sala brincando como un saltamontes, antes de descubrir que para mucha gente bailar ska era bailar pogo y llevarme algún bamboleo.

Pero lo mejor de aquello fue que en cierta forma transformo un poco mi visión de la música y me abrió algunas fronteras, aunque hoy queden algo lejanas.

Uno de los grupos que conocí en profundidad gracias a mi amigo fue Madness. Ya lo conocía como grupo de temazos pop, pero él me abrió los ojos a su pasado y a muchas de sus composiciones ska. Y aunque hoy en día me quedo con su lado más pop (empieza a ser una definición de muchos de mis gustos artísticos), recuerdo con cariño aquellas canciones de ritmo frenético que descubrí entonces.

Pese a ello, hoy, que toca Madness en el blog, lo va a hacer con la que para mí es su mejor canción (interpretada, porque originalmente no es suya). Un himno pop que explota al describir un sentimiento, de una forma tan sencilla que dan ganas de cantarla a gritos en el coche con las ventanillas abiertas y la radio a todo volumen.

Madness - It must be love:



¿Acaso no es grande?

PD: Sí en hebreo, pero es que YouTube tiene capadas todas las versiones que encontraba...