martes, 30 de septiembre de 2008

La muerte no espera.

Paul Leonard Newman, nacido el día 26 de enero de 1925, falleció el pasado día 26 a la edad de 83 años, víctima de un cáncer de pulmón tan agresivo que ya el pasado agosto decidió retirarse a su hogar y dejar de enfrentarlo, consciente de que no podría superarlo.

La muerte de este tipo de personas es una de esas cosas que te enfrenta al hecho de que todo acaba, que nada perdura eternamente. No es que sea más importante que la muerte de cualquier otro individuo, pero cuando fallece alguien que, por su trabajo y su fama, ha alcanzado la inmortalidad en nuestra historia, ver que sus días se acaban como las de cualquier otro, que la muerte nos iguala y que por mucho que hagas acabarás muriendo, resulta en un temor paradójicamente tranquilizador.
Está claro que, en casos como éste, el personaje que fue no morirá jamás. Pero Paul Newman, como cualquier otro, no era más que carne y huesos, que se pudrirán cuando nuestro organismo deje de ser capaz de mantener la homeostasis, y dentro de poco no será más que materia inerte, como cualquier piedra.

Paul Newman era un mito. El favorito de las mujeres de la generación de mis padres, y un tipo cuyo carisma trascendió mas allá de su cara bonita hasta transformarse en el hijo que toda madre desearía, el yerno ideal, la pareja más deseable o el amigo favorito. Un tipo que caía bien y que deja como legado un montón de buenas películas que podremos seguir viendo con nuestra tecnología interminable.

Es curiosa la poca empatía que me ha despertado la noticia, lo confieso. Será por pura lejanía. La empatía funciona así, por impulsos básicos adquiridos con el acortamiento de las distancias. Por eso nos entristece más que se muera un blog cercano de un absoluto desconocido que personas que ya son parte de nuestra raíz cultural.
Pero aun así, por algún extraño motivo, no podía dejar de mencionar la muerte de este caballero del cine, no sé.
Descanse en paz, la vida continua...

lunes, 29 de septiembre de 2008

Vicky, Cristina, Barcelona...

Cimentada en el juego con todos los tópicos habidos y por haber sobre los españoles y, también, sobre las personas, Woody Allen completa con mucha gracia su primera (y quizás última) película española, apoyándose en unas magníficas actuaciones y en una visión casi de cómic documental sobre la ciudad de Barcelona.

Si algo queda en evidencia a lo largo de la película es que los productores y aquellos con intereses económicos en la misma sabían lo que debía aparecer. Eso y que Woody Allen es tan bueno que incluso cuando le toca hacer caja es capaz de crear un producto diferente que se ve con gusto. Porque en la película sobresale Barcelona por encima de todas las cosas, pero también las situaciones absurdas y las burlas más simpáticas al tópico hispano, diseñando una especie de macedonia de costumbres que saca de quicio con mucho ingenio. Y porque obtiene un jugo de los personajes que parecen no tener, exprimiendo sus vidas con su típica neurosis y dándoles la vuelta cuando parece que te lo ha contado todo.


Esta película es además una muy buena obra de actores. Empezando por Javier Bardem, pasando por Rebeca Hall y Scarlett Johansson y terminando por una maravillosa Penélope Cruz, que incendia y mejora el film con su aparición y que está aquí tan bien aquí como en sus mejores apariciones almodovarianas. Juntos dan credibilidad a la historia de recortes que crea Allen, y juntos consiguen desatar las mayores risas, sobre todo en los momentos de interacción entre Bardem y Pe, improvisando en castellano sus choques pasionales.

Como decía al principio, todo en la película se basa en los tópicos. Tenemos turistas americanas impactadas por la vida de Barcelona, artistas pasionales que buscan el desarrollo de su arte, mujeres racionales que huyen del riesgo y genios desequilibrados con la certeza de la luz por castigo. Además, como si de una broma se tratara, Allen desgrana los tópicos españoles según avanza la película, presentando nuestra supuesta impulsividad, nuestro genio artístico y nuestra pasión por la vida y la muerte de tal forma que, si no supiésemos que es broma, podría resultar hasta ofensiva. Hay incluso agitanados guitarristas callejeros dando la nota en conciertos nocturnos en Oviedo.
Pero el tono de todo ello es demasiado irónico para ser tenido en cuenta. Uno ve esos tópicos y no puede evitar pensar en que Woddy Allen estaba partiéndose de risa mientras grababa según que cosas. Posiblemente, incluso, riéndose ante lo que, aquellos que no conocen de España más que esos tópicos tan sepias, podrían identificar como nuestra verdadera realidad. Un juego banal y superficial, pero extremadamente gracioso para mi gusto.


Y por supuesto en el culmen de ese juego, está la relación entre Juan Antonio y María Elena, una especie de amor fatal entre una diosa y un simple humano que se acerca a ella implorando captar parte de su divinidad, y en la que vence el arte como resultado creador de todo ese sentimiento.

Me lo pasé muy bien viéndola, y me alegro sobre todo de haberlo hecho en versión original (requisito imprescindible para disfrutarla como merece). La película contiene el típico ingenio loco de Woody Allen y un juego de parodia nacional que es muy refrescante. Puede cansar en su fase intermedia, justo antes de aparecer María Elena, pero no deja de ser una película muy entretenida. Y aunque no está al nivel de las mejores películas de Allen, se disfruta con mucho gusto. No dejéis de verla, tal y como está la cartelera, un imprescindible...

viernes, 26 de septiembre de 2008

Mi ruta musical.

Hubo un tiempo en el que acceder a la música que me gustaba era bastante complicado: era mucha y de muy diferentes estilos, lo de internet no estaba tan fácil como hoy en día (por ancho de banda y por cantidad de fuentes) y yo no tenía más ingresos que lo que me daban mis padres.
Aun así, no perdonaba una visita al extinto Madrid Rock, en busca de ofertas de discos a menos de 1000 pelas, al menos una vez cada par de semanas. Y habitualmente caía algo...


Recuerdo perfectamente la ruta. Salía del metro justo enfrente de Madrid Rock, en "Gran Vía", y me iba directo a los estantes del fondo, donde tenían apilados en orden alfabético todas sus ofertas. La de bolsas naranjas que me habré llevado de allí, con su cocodrilo rockero...

Tras pasarme un buen rato viendo lo que había, pasaba a realizar alguna prospección en el resto de la tienda, por las novedades, sin mucho interés (porque casi nunca me han interesado novedades, y porque casi nunca estaba dispuesto a pagar un precio de novedad) y por el resto de discos a precio habitual. Solo me paraba en algunos de mis grandes favoritos y en la sección de singles, que siempre me hicieron gracia. Y por último, a la salida, rastreaba el mural de los conciertos en busca de alguna ocasión jugosa, y le echaba un vistazo a la lista de más vendidos, según salía de nuevo a la calle.

Pero las cosas nunca acababan allí, eso era solamente el principio. La siguiente parada obligatoria era la FNAC de Callao, pero en el camino siempre ojeaba desde fuera las tiendas de discos usados de la calle de las Tres Cruces, en las que solo entraba en caso de encontrar algo muy llamativo, y de ahí me dirigía a mi destino entrando por la calle del Carmen.

En la FNAC siempre me pasaba primero por las ofertas de la Zona FNAC. Y después, directamente, a los discos en castellano, que siempre tenían buenos discos de grupos indies y poco conocidos. Luego, antes de pagar (cuando me llevaba algo), miraba los vídeos y las bandas sonoras, y tras eso salía en busca de la siguiente parada.

Y la siguiente parada era Escridiscos, en la calle Postigo de San Martín. Creo que muchos de los singles de grupos indies que me he comprado en mi vida salieron de allí. Y muchas entradas de conciertos también. Que decir de aquellas estupendas bolsas, que guardaba celosamente para entregar los discos que a veces yo regalaba... Mantenían una magnífica política de recuerdo de los 80's, con muchos discos de aquella época, así como un magnífico gusto para escoger los grupos nuevos de los que vendían sus discos. Un indispensable.

Ya terminando, la ruta continuaba bajando hacia la calle Costanilla de Los Ángeles, donde nunca faltaba la entrada en la tienda Citadelle y, más hacia Opera, en Discos Del Sur, otro gran clásico para conseguir las últimas novedades de Elefant y Subterfuge (incluso su grafismo era obra de Javier Aramburu, también grandes sus bolsas). Recuerdo que tenías que llamar a la puerta, que te hacían dejar la mochila y que apuntaban cada disco vendido en un cuadernito, a mano, con el precio y la fecha. Nunca supe para que tanta escrupulosidad teniendo sistemas más modernos de contabilizar las cosas...

Esos tiempos acabaron hace ya tiempo, y hoy en día cuando quiero un disco lo compro directamente en otra tienda FNAC de las afueras de Madrid, o por internet (Amazon es estupendo, y hoy he recibido un disco comprado a través suyo; y hace poco recibí otro desde Corea y puedo decir lo mismo de eBay). Pero lo cierto es que echo de menos esos paseos que eran todo un desfile, recorriendo décadas de buena música, memorizando nombres y preguntando por grupos, disfrutando como un enano.

Y no es que cambie lo que tengo hoy en día, pues me hace disfrutar con menos esfuerzo de mi música favorita, pero es innegable que las cosas trabajadas saben mucho mejor. Sobre todo cuando ese esfuerzo resulta tan entretenido y fructífero como era el simple paseo por aquellas maravillosas tiendas llenas de sueños e historias.


PD: No viene a cuento, bueno, solo en referencia a lo de los sueños, pero ¿verdad que ha hecho bien Natalie Portman al romper con Devendra Banhart? Si es que no le pega nada...

jueves, 25 de septiembre de 2008

Prediciendo el tiempo...

Hace unos pocos años mi amigo Nacho se encaprichó de un grupo musical. Fue al asistir al concierto de otro grupo, en el que éste del que os voy a hablar hacía de telonero, cuando lo conoció y a partir de aquel momento se hizo automáticamente fan. Y, expansivo de sus ideas como es, en seguida nos lo vendió a sus amigos como "la nueva gran cosa" ("the next big thing"), y nos coordinó para ir a sus conciertos y seguir su música.

El grupo en cuestión era Meteosat, y lo cierto es que, sin ser musicalmente nada del otro mundo, conocerlos cambió bastante mi percepción del mundo de las canciones.
Meteosat lo componían, en esos tiempos de los que hablo, Verónica, Diana, Nacho (otro, no mi amigo), Edu y Borja. La cantante era Verónica, una chica guapa con voz decente que se había incorporado más tarde al grupo. Recuerdo que me la encontré de camarera en la fiesta de nochevieja de aquel año, y que hasta le hizo ilusión que la reconociera (posiblemente no pensaba que nadie fuera a hacerlo). Luego estaba Diana como segunda voz, Edu a la guitarra, Borja a los teclados y Nacho como bajo y manejando las programaciones de las canciones. Eran un grupo de base electrónica que pretendía hacer un pop de letras divertidas y a veces transgresoras, que definieron como tecno-punk-yeye.

El caso es que mi amigo Nacho, a base de ir a conciertos y relacionarse con ellos se hizo muy amigo de Borja y Diana, que llevaban su mundo fuera del grupo y pinchaban por ahí como los Djs Yo-Yo, aparte de tener su fanzine (Yo-Yo) y hacer unas fiestas muy divertidas. Y cuando llegó la hora de grabar el vídeo musical del single promocional de Meteosat, allí estuvimos nosotros (y por ahí ando yo, dando botes, aunque apenas se me vea):



"Vilma" era una canción horrible. Su elección tenía más que ver con el tipo de promoción que quiso hacer de ellos la discográfica que con el estilo que les gustaba. Y no era ni mucho menos la mejor de las posibles del disco.
Con el tiempo, creo que fue ese tipo de diferencias lo que acabó con el grupo. Aparte de que los distintos miembros siguieron sus respectivas carreras profesionales y a algunos no les fue nada mal, por lo menos en su resonancia pública (Borja es el actual director de contenidos de Myspace España, y Nacho es Ignacio Escolar, director del diario "Público"). Por otro lado, de Diana ya he hablado más de una vez por su blog...

Conocer a Meteosat y, más que nada, la música que ofrecían Borja y Diana en sus fiestas y en su fanzine, me abrió el camino a un montón de grupos que hoy son parte fundamental de mi colección. Pero sobre todo alimentó mi curiosidad por músicas de las que apenas sabía nada. Así que, aunque no pueda decir que me parezcan "la nueva gran cosa", tengo mucho que agradecerles solo por haber sido algo.

Espero que os guste (al menos algo más que a mí).

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Los curas van al cielo.

Se llamaba Adelir Antônio de Carli, y aparte de ser cura, estaba un poco loco (seguro que para algunos ese aparte sobra).
Para intentar ayudar a los camioneros del estado de Paraná, no se le ocurrió otra llamada mediática más que hacerse flotar 180 km colgado de globos de feria hinchados con helio. Toda una aventura, un récord de haberse logrado, con el que pretendía llamar la atención del mundo hacia aquellos camioneros.



Y batió su récord, pero lo batió demasiado. Dos meses y medio después de su partida fue descubierto muerto, en el mar, a 100 km de la costa y más de 1000 del punto de partida.

Cuando oí hablar de él por primera vez, en un diario digital, al dársele por desaparecido el día después de "despegar" en abril de éste año, me pareció lo más normal del mundo que se hubiese perdido. Porque, sinceramente, ponerse a volar entre ciudades mediante una aeronave hecha a base de globos es sencillamente estúpido. Y estuve tentado de hacer una entrada humorística sobre el asunto.
Pero lo dejé pasar, y hoy de humorístico solo me queda el título, pues lo cierto es que lo siento por el pobre hombre, que inició su vuelo con una buena intención que le ha llevado a la muerte.

Si soy honesto, sigo sin tener muy claro como es posible que uno se deje arrastrar por los vientos mar adentro, sin ir explotando poco a poco los globos hasta descender lentamente. Y creo que sería de mal gusto sacar punta al asunto entrando en detalles y posibles conversaciones entre el pobre cura y las unidades de salvamento, cuando empezó a tener dificultades (respetuosa y maliciosamente, me las imagino).
Así que voy a dejar el post aquí, mostrando mi respeto por don Adelir Antônio de Carli, que seguro que fue simplemente un buen tipo con muy malas ideas.

Ojalá consiguiera con su muerte lo que andaba buscando en vida...

martes, 23 de septiembre de 2008

Etimología básica.

La etimología es una disciplina de la lengua que se encarga de estudiar el origen de las palabras, de dónde proceden y cómo y porqué han ido cambiando hasta convertirse en las palabras que son.

Para alguien que estudió una carrera como la mía, Biología, la etimología era una especie de tabla de salvación que permitía recordar y aprender con mayor facilidad una innumerable cantidad de palabras aparentemente muy extrañas. Palabras extrañas, pero que se podían descomponer en lexemas con significado, de los cuales inferir de que se estaba hablando.

Sin ir más lejos, casi todos los nombres científicos de animales son más asimilables si se entiende de donde proceden. Así, oligoqueto significa con pocas (oligo) sedas o quetas (queto), y se refiere al orden de anélidos que tienen, entre otras, esas características.
Y en este caso es muy fácil, pero hay nombres más complicados como gnatostomúlido, que son unos bichos que se caracterizan por tener una especie de mandíbula (gnatos) externa que rodea la boca (stoma), para los cuales la etimología es toda una muleta.


Pero el otro día, en el trabajo, con eso de que un compañero se va a ir unos días a Edimburgo, empezamos a encadenar etimologías sobre la lejana Escocia, y llegamos a las siguientes conclusiones, algunas sabidas por mucha gente, y otras por averiguar para la mayoría:

- El tan madrileño Chotis es un baile de origen escocés. Se llamaba originalmente "Schottish", que significa exactamente eso, escocés. Pero con el uso, la palabra se fue reduciendo a lo que es hoy, Chotis.

- Aquellos que bailan chotis se dedican a dar vueltas sobre si mismos. Originariamente, daban dos vueltas, es decir, "two laps", que derivó, tras muchos años de españolización fonética, en "chu-laps", y de ahí chulapos. Con el tiempo se acortó la palabra, y apareció chulo-chula.

- Lo que se comían los chulapos era un producto con carne y legumbres que se hacía a fuego lento en la olla. Se llamó, por el origen escocés de los chulapos, escocedo. Con el tiempo, y unas horas de cocción, la palabra fue derivando: "Oye Antonio, ¿que es eso que tomas?" "Escocedo" "¿Es cocedo?" "Eso", y con una rápida deducción os daréis cuenta de como acabó en "Es cocido".
Cocido, con el tiempo madrileño, tan clásico de la ciudad.

- De esto último, sacamos como consecuencia que la palabra cocer es también originaria de escocés. Si el producto era cocido, por extensión el verbo de hacer el cocido no podía ser otro que cocer. Pensaron en cocear, pero ya lo usaban los caballos.

- Escocido es también, evidentemente, del mismo origen. Viene a querer decir "estar más quemado que un independentista escocés". En el Reino Unido saben mucho de escoceduras, y por eso fueron ellos los que inventaron las cremas analgésicas para las irritaciones de la piel.


Como veréis, la etimología es fantástica para aproximarnos al origen de las palabras y aprender nuevos significados sin tener que recurrir a un diccionario o el socorrido internet.
Ayuda mucho con palabras tan evidentes como las expuestas, y solo hace falta un poquito de imaginación. Pero por desgracia no nos puede enseñar todo.

Por ejemplo, para saber que el típico patrón de cuadros de los trajes de chulapo procede de los patrones de cuadros tribales escoceses habría que recurrir a fuentes más informadas.
Ahora, eso sí, sabiendo todo lo ya expuesto, cualquiera puede deducir que el traje de chulapa deriva, sin ninguna duda, del kilt de los mismos nobles escoceses, al que se le ha dado vuelo y se le han añadido lunares para feminizarlo.

Espero que este post os ayude a iniciaros en el conocimiento de la etimología (casi un arte, por lo creativa), y os haya aclarado cualquier duda de porque en Madrid somos casi todos pelirrojos y nos encantan los McDonalds.


PD: La foto, pese a lo que podáis pensar, es de un conjunto de mujeres de Glasgow, vestidas con su típico traje tradicional.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Wanted

Hasan as-Sabbah, nacido en Rayy en 1048, pasó a la historia como el fundador de la secta de los asesinos (hashishiyunes o hashashines, por su supuesta sumisión a base de hachís).
La secta había sido diseñada por él como herramienta para extender la doctrina chiita contra la imperante sunii, impuesta por los selyúcidas en todo el actual Oriente Medio y el Asia musulmana. Para conseguir sus objetivos, los asesinos recurrían con mucha frecuencia al crimen, por lo que pronto se hicieron famosos y temidos, y de ahí le dieron nombre al término asesinar. Sus tácticas se basaban casi siempre en el estudio de las costumbres de las víctimas, el empleo de disfraces y los ataques en público para dar ejemplo, así como la recurrencia al martirio del homicida como sacrificio heroico. Y tuvieron cierta trascendencia en las cruzadas que los cristianos europeos iniciaron contra los musulmanes a finales del siglo XI.

Como si de una reinterpretación de los hashashines se tratara, la nueva película de Timur Bekmambetov, el director ruso de las infumables "Guardianes de la noche" y "Guardianes del día", basada en el cómic homónimo de Mark Miller y J. G. Jones (que desconozco), nos cuenta la historia de una hermandad de asesinos, de espectaculares metodologías y misteriosos miembros, que se ve envuelta en momentos de peligro ante la traición de uno de sus hermanos.

Sin duda lo mejor de la película es el manejo de la acción y el espectáculo, el sello de autor de Bekmambetov, así como el negro sentido del humor que destila en muchas de sus escenas. Pero lo cierto es que, resultando una película entretenida, es difícil encontrarle cualidades destacables.
Esta claro que es una película con un público muy claro, y que no siempre es fácil entretener. Pero la verdad es que abusa de casquería y de efectos especiales para causar una impresión sobre el espectador que, pese a lo efectivo que pueda resultar, acaba siendo bastante vacua.

La historia no está mal entrelazada, y aunque el personaje principal, sus motivaciones y cambios, resulte poco creíble, la verdad es que la sensación de irrealidad es tan constante a lo largo de la película que nada importa demasiado. Los actores se dedican a cumplir el expediente que requiere una película de este tipo, Morgan Freeman tiene uno de sus papeles intrascendentes con los que se paga la vida y Angelina Jolie casi sale desnuda, así que más o menos se deja ver.


Por lo demás, y por mucho que se busque, la verdad es que la película no merece mucho la pena. De esas que le recuerdas al que te ha llevado a verla cuando quieres escoger tú. En pocas palabras, para videoclub y en una noche muy aburrida.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Pardo negruzco.

Hace cosa de un mes o un mes y medio, alguien me mostró un vídeo que circulaba por internet. El vídeo corresponde a una socorrista que, equivocándose al realizar la mezcla para clorar la piscina de una comunidad, había provocado una fuerte reacción gaseosa por la que habían tenido que desalojarla. La frase del momento fue "la he 'liao' parda", y aunque la chica llegaba a enternecer al pensar como había metido la pata, lo cierto es que su forma macarra de expresarse y aquello que contaba hacían que el vídeo fuese especialmente gracioso.

Estos días pasados llevo asistiendo en remoto, como espectador, a como se lía parda en el parqué norteamericano de Wall Street, viendo como el mundo financiero cambia ante mis narices y como las autoridades de los EEUU y la Reserva Federal (FED) se las ven y se las desean para tomar medidas que eviten un auténtico giro de la moneda, el cambio sistémico que muchos temen.


La quiebra de Lehman Brothers... luego Merrill Lynch que se deja comprar por Bank of America para evitar caer... Morgan Stanley, viendo como va la cosa, dejándose querer por un fondo soberano chino y a la vez analizando si se fusionan con Wachovia... y Goldman Sachs, el que mejor está pasando estos días, ganando un 70% menos este trimestre y bajando en bolsa cerca de un 20% desde el comienzo de semana....

Por otro lado, la empresa que hacía de base a todo ello, AIG, la que aseguraba las inversiones inmobiliarias, se va a pique, y recibe un préstamo de la FED de 85.000 millones de $ para poder hacer frente a sus perdidas, a cambio, eso sí, del 80% de su accionariado.

Y viendo que eso no conseguía darle la vuelta a la bolsa y que esta seguía cayendo, especialmente las financieras, haciendo peligrar todo el sistema, lo último que se le ha ocurrido a las autoridades norteamericanas es crear una agencia que se encargue de gestionar toda la deuda dudosa que tienen en el sistema, para intentar limpiar éste, regenerarlo y seguir adelante.
La pregunta es: ¿que supondría esto?
Al parecer, la agencia estatal lo que haría sería comprar la deuda difícil de cobrar de las entidades en problemas, para después subastarla al mejor postor. Esto lo que haría sería dotar a las entidades financieras de la liquidez que precisan para mantener sus operaciones. Y con ello, limitaría sus riesgos.


Pero claro, si es deuda difícil de cobrar, ¿quién va a querer comprarla? ¿Que prima ofertarán para ello? ¿De donde saldrá esa prima?
Imagino que de emisión de deuda del estado, pero si bien eso limita la inflación actual, podría desembocar en un aumento mayor de la inflación en el futuro (evitable, pero más que probable).

El problema es que, se haga como se haga, lo que se acaba consiguiendo es transmitir esa deuda al pueblo, en forma de inflación o directamente cubriendo el déficit fiscal a base de alza de impuestos o bajada de gasto. Y si a eso se añade la inflación que ya se ha transmitido a base de hacer inyecciones de dinero en el sistema para aumentar la liquidez, lo que se obtiene es que los desmanes de los bancos los acabarán pagando los trabajadores, de una forma u otra. Y en el caso de los EEUU, su deuda y el valor de su moneda, al ser usados como referentes, nos afecta a todos.

España tiene sus propios problemas, su propia crisis, pero además nos comeremos lo que caiga de esta, que hoy en día ya se deja notar por la fuerte contracción de crédito (la exposición a la crisis de liquidez es mundial, y los bancos no se atreven a ofrecer dinero, menos aun cuando las perspectivas de los asalariados y de las empresas no son buenas). Me hace gracia ver al presidente de la CEOE clamando porque se les facilite crédito desde el ICO, desde nuestros impuestos, porque sin él las empresas se van a la mierda. Y tiene razón, sin crédito lo pueden pasar fatal. Pero indigna ver que se hace esa petición ahora cuando las empresas que lo van a pasar mal han tenido unos beneficios extraordinarios en los últimos años. ¿Han hecho acaso provisiones con esas ganancias? ¿O han arriesgado demasiado, asimilando la fé de que todo iba a a ir bien para siempre? Muchos han llevado una vida por encima de sus posibilidades reales, apoyados por una banca excitada con los buenos resultados, que ha ofrecido un crédito excesivamente fácil para conseguirse sus propios bonus...

Estoy un pelín quemado. Demasiado para estar de vacaciones. Pero veo que se acercan malos tiempos, y me reconcome saber lo mal que se hacen algunas cosas.
En fin, intentaremos completar este último fin de semana de tranquilidad lo más plácidamente posible. A ver si nos dejan...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Fin de semana limón.

Este fin de semana pasado lo disfruté en Murcia, en Mazarrón y en la propia capital, asistiendo al festival Lemon Pop.

Hacía muchos años que no iba a Mazarrón (sin contar una visita rápida que hice para bucear), y la verdad es que mi memoria de aquellos años está tan difuminada que no sabría decir hasta que punto ha cambiado. Imagino que mucho, dado lo que se ha desarrollado esa zona. Y he de decir que, si bien el sitio en septiembre está bien, pues no hay aglomeraciones y todo tiene un aire lánguido muy relajante, en pleno julio o agosto debe ser algo muy parecido al infierno. No puedo imaginarme nada cómodo esa sequedad amarilla y esas playas mediterráneas invadidas por los turistas playeros. No sé si lo he dicho ya, pero una vez probadas las playas de Asturias, creo que me quedo con ellas.


(como siempre, desde Picassa se puede ver ampliada)

Sin embargo, en esta ocasión estuvo muy agradable. Realmente estuve allí con un amigo que tiene casa, pero para aprovecharlo sobre todo como base para dormir e ir al Lemon Pop. Llegamos el viernes por la tarde, reconocimos la zona y descansamos aquella noche. Estuve en la playa solamente el sábado por la mañana, dándome un baño de hora y media (yo soy así, voy a la playa y no salgo del agua) , pero esa misma tarde nos fuimos a Murcia capital para ver el concierto, y el domingo por la mañana salimos de vuelta a casa, pasando por Cartagena para decirle hola. Así que mis impresiones de Mazarrón fueron bastante buenas.

Murcia me sorprendió bastante. No la conocía y no sabía que esperar de ella, y llegamos justo un día de especial festividad, con todo el mundo en la calle preparando cosas. Y con un montón de personas casándose y mucha gente vestida de gala.
Me pareció una ciudad agradable. Su zona centro tiene muchas calles de esas peatonales y estrechas que le dan gracia a una ciudad. Y hay muchos bulevares por los que pasear, y plazas pequeñas en las que tomar algo. No es que descubriese un montón de sitios de visita inexcusable, pues no los busqué y además no tuve tiempo, pero en mi cabeza tenía la idea de que sería un sitio seco y hosco, y me agradó darme cuenta de lo confundido que estaba y de la vida que tiene. Seguro que vuelvo algún otro año.


Y en cuanto al festival, estuvo muy bien. Actuaron "Airbag", un grupo de pop punk surfero, con letras adolescentes bastante curiosas, a los que no conocía pero, visto lo visto, he de echar un ojo.


También estuvieron "Ellos", con un prodigioso e insoportable Guille Mostaza a la cabeza. Basaron la mayor parte de su concierto en las canciones de su último disco pero, una vez más, triunfaron sobre todo con las de los dos primeros, y terminaron su actuación con un bluff, al no ponerse de acuerdo sobre que última canción interpretar y decidir el señor Mostaza unilateralmente interpretar algo para lo que sus compañeros no estaban preparados. Todo lo contrario a terminar en alto.


Y, por supuesto, estuvo "La Casa Azul", casi un protagonista más de este blog. En este caso, además, presentado por Juan de Pablos. Guille Milkyway se hace más grande a cada concierto que pasa, ayudado por el hecho de que cada canción está perfectamente medida y programada, lo que facilita que las interpretaciones sean siempre muy buenas. Para forofos como yo, es de agradecer que vayan introduciendo pequeñas variaciones en las proyecciones de sus plasmas, dándole más interés a los conciertos (aunque tampoco nos vamos a engañar, iría igual si todo fuese lo mismo). Pero estoy seguro de que cumple las expectativas de aquellos que nunca lo han visto en directo, pues tiene un espectáculo muy bueno.


Os dejo con un vídeo que hice de una de las canciones del concierto. Se ve mal, se escucha mal, pero es mío, y le tengo cariño, como a un hijo feo...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Dublín

Este alargado fin de semana pasado he estado ausente del mundo web, de viaje, conociendo Dublín y sus alrededores con un grupo de amigos.

Ha sido un viaje muy entretenido, muy activo, de esos paseados a alto ritmo para no dejar de ver nada. Aunque en esta ocasión no hemos pasado por museos o iglesias, que siempre te llevan unas horas de actividad de las cuales no disponíamos.

Como ya hice con mi viaje a Berlín del año pasado, no voy a redactar un post exhaustivo interpretando la experiencia. Prefiero dejarlo en el aire con una pequeña enumeración de unos pocos de los lugares visitados y unas cuantas fotos. Pero si os interesa cualquier cosa en particular, preguntadla en un comentario y os cuento. Igualmente, si os interesa alguna foto de las que expongo, decídmelo (son murales creados para el blog y colgados en Picassa, pero las imágenes las tengo cada una por separado y si queréis algo más concreto de algún sitio de Dublín o de los alrededores comentados en el post, igual también tengo algo). Si queréis verlas ampliadas, pulsad sobre ellas, que os llevará al álbum, y allí se pueden ver mejor.

Así, de Dublín recuerdo sobre todo el barrio de Temple Bar, monumento a los pubs donde los haya, el castillo, las catedrales de Christ Church y de St. Patrick, la pequeña pero interesante iglesia de St. Audeon, el parque de Merrion. El Trinity College, la aguja de O'Connell, la factoría de Guinness en St. James Street, con su espectacular mirador, descubrir donde habitó Oscar Wilde, el Rio Liffey y sus puentes, la curiosa oficina de turismo... Me gustaron sus calles peatonales en la zona de Temple, la zona de tiendas de Grafton Street y el centro comercial de St. Stephen y su precioso parque homónimo al lado. Y sobre todo, me gustó la gente. No especialmente por las mujeres irlandesas (posiblemente las mujeres más guapas que vi en el viaje fueron españolas, Dublín estaba invadido de españoles estos días), pero en general todos los dublineses exhibían un buen rollo que mejoraba la experiencia de la ciudad.



De fuera de Dublín, visitamos Malahide con su precioso castillo y su idílico entorno, el precioso pueblo de Howth con su puerto y sus vistas y, en otra excursión, el parque natural de Wicklow Mountains, con su pueblo monástico de Glendalough y sus tumbas, sus lagos y su valle glacial, los alrededores superpijos de Powerscourt (aunque llegamos tarde para entrar a sus jardines) y toda una ruta rural que nos llevó sin querer hasta el cementerio alemán de Enniskerry y acabó desembocando en el pueblo playero de Bray.




Además merece la pena destacar que vivimos en Dublín el día del partido final de la liga irlandesa de Hurling, un precioso deporte que auna la fuerza y diversión de los deportes de equipo y pelota con la precisión y técnica de los de raqueta. Al parecer Waterford y Kilkenny (hijos de puta, mataron a Kenny) dispensaron un partido memorable con una abultada victoria del último, y fue un verdadero día de fiesta para toda la ciudad. Era increíble ver a todos los aficionados con la camiseta de su equipo, mezclados sin problemas en trenes, autobuses y tranvías, los coches con sus banderitas saliendo de las ventanillas y la pasión de la celebración posteriormente en el Temple Bar (el original, el que da nombre al barrio). Una gran experiencia, ¿algún interesado en componer el primer equipo español de Hurling?...

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Gafas como pantallas.

Se han puesto de moda, y las odio...

He de confesar que no soy muy amigo de las gafas de sol, así en genérico.
Encuentro que son útiles cuando son útiles, claro, pero me sacan de quicio cuando se usan como simple complemento de moda. Porque no entiendo porque hay gente que sale con ellas puestas por la noche. Y porque cuando son innecesarias me resultan engañosas, al impedirme ver los ojos de mi interlocutor.
En ese sentido, igual estoy muy chapado a la antigua, me parecen incluso maleducadas; son como esas gorras y esos sombreros que no se quitan al entrar en lugares cubiertos... para mí, una pequeña falta de respeto.

Ahora bien, la última moda de gafas de sol va incluso más lejos. A su propia esencia de gafas de sol unen una extensión exagerada, convirtiéndose en verdaderas "mascaras" de sol que ya no solo impiden ver los ojos, sino que también impiden ver cualquier matiz de expresión facial en la mitad superior de la cara. Un verdadero engaño.


Y lo peor de estas gafas no es que engañen al que tienen delante, es que en cierta forma también engañan al que tienen detrás. Uno se pone esas gafas, ahora que están de moda y no nos parecen ridículas, y, al taparle media cara, parece hasta guapo. Y claro, es muy fácil ir a la óptica buscando un modelo que nos guste y pensar que esas nos sientan bien...
¡Que coño, puede que uno sea feo, pero no me voy a dejar acomplejar escondiendo mi cara encima! ¡Y tú, no te das cuenta de que te sientan bien porque no se te ve detrás!? Merluzo...
En cierta forma son como el burca del mundo de las gafas...

Así que abogo por un cambio de tendencia desde ya. Todas esas gafas, a la basura. Un perdón para las de los pilotos, motoristas, esquiadores y demás en los que sí tienen un sentido, pero en todos esos casos que las usan porque son lo más "fashion" del momento, a la minipimer con ellas. Y que vuelvan esas gafas de tamaños más normales por favor, esas en las que la nariz parece grande.

Que si no lo próximo en ponerse de moda será una máscara con gafas en plan Spiderman, y encima habrá algún idiota que se crea un superhéroe...


jueves, 4 de septiembre de 2008

Skinheads...

El otro día, al comenzar mis vacaciones, decidí cortarme el pelo. No como esas mujeres que lo hacen cuando necesitan un cambio de aires, sino más bien como esos hombres que lo hacen cuando necesitan no parecer un gato cambiando de pelo. Casi por esa voluntad inocente y fútil de retardar lo que la naturaleza nos guarda para los años por venir: la alopecia.

No es que sea un caso de perdida de cabello prematura, y tampoco es que me suceda a un gran ritmo. Aun tengo una cabellera suficiente y bien distribuida, digna de cualquier piel roja. Pero es bastante evidente que "está pasando", y mis entradas no han dejado de crecer en los últimos años, intentando alcanzar su sueño de ser unas salidas, o simplemente unirse como si estuvieran enamoradas y predestinadas a estar juntas. Y, coqueto como soy, no puedo evitar lamentarme por ello. Sin muchos llantos y sin grandes traumas, solo como el que sabe que se hace mayor y no puede evitarlo por mucho que le joda...

Pues el caso es que di con mis huesos en la peluquería y no se me ocurrió otra cosa que pedir un rapado al dos. Que para el que no lo sepa es que te lo corten a una longitud de pelo de 2 milímetros. Y el cabrón del peluquero lo hizo, así, como el soldado que cumple su deber sin plantearse si es correcto o no. Y al terminar me preguntó si estaba bien, a lo que no pude evitar contestar "Y si digo que no, que, ¿que haces?"...

Y así estoy ahora, pelón, rapadito.
En mi vida he llevado el pelo de diferentes formas. Cuando era un niño, casi siempre lo llevaba con raya a un lado, como me peinaba mi madre. Aunque un tiempo me dio por llevarlo echado hacia atrás, como un yuppie, y debía parecer un idiota.
Luego, ya adolescente, me dejé el pelo algo más largo. En la universidad hubo incluso alguna época en la que tuve una media melena que apenas rozaba los hombros, y conservo un pasaporte del año en que me fui de interrail en el que parezco un gitanillo asilvestrado y, personalmente, me encuentro muy guapo.
Pero después lo he llevado casi siempre corto sin raya ni flequillos, sin rapados salvajes. Cortadito a tijera, limpio... En ningún caso tan corto como lo tengo ahora.

Os diré la verdad. Mi problema no está en el pelo en si, ni en quedarme calvo. La calvicie es elegante, y bien llevada no me importa nada. No, el problema está en mi cabeza.
Algún amigo me dice que tengo una cabeza bien formada, y que me quedaría bien raparme al cero.
Pero yo sé que no es verdad.
Mi cabeza es como la de Andre Agassi (por ahí os dejo una foto). Es decir, como aplanado por su centro y abombada por delante y por detrás, poco esférica (como la mayoría de los cráneos que vi en las clases de antropología, por otro lado). Y es un tipo de cabeza que no me va. Algún día redactaré un post sobre frenología, que tiene mucha chicha, y podremos entrar en detalles, pero simplemente es que no me gusta...

Lo de mi cráneo ya lo sabía antes de cortarme el pelo, y en principio lo tenía asumido.
Pero ha pasado algo después de hacerlo que no me esperaba y que es lo que ha desencadenado este post.
Básicamente lo que pasa es que cortarme el pelo ha cambiado totalmente la forma de mi cabeza. Si antes parecía ser de una determinada manera, ahora es absolutamente distinta.
Y siendo que nosotros nos reconocemos principalmente por nuestra faz, resulta que ahora tengo una crisis de identidad que ni Woody Allen en sus mejores películas. Joder, que ese tipo que me mira en el espejo me da miedo, coño...


Lo bueno de esto es que me sirve para hacerme una idea clara de lo que vendrá en el futuro, y que creo que cuando sea inevitable estaré mejor preparado. También que al haberme rapado antes de volver al trabajo habrá gente de mi entorno que no va a llegar a verlo. Y eso salva un poco mi percepción en lo social.
Pero lo malo es que ahora me toca esperar a que el pelo crezca para volver a reconocerme en el espejo. Y que es ese tipo de descubrimientos de uno mismo que te dicen cosas que no deseabas conocer. Habrá que aprender a vivir con ello...

Así que ya sabéis. Si alguno esta pensando raparse mucho, que se haga antes con uno de esos software capaces de modificar tu aspecto mostrándote una idea del antes y el después, porque lo que descubráis puede resultar terrible. Ni todo el mundo es Yul Brynner ni es bueno brillar por según que cosas: por ausencia de pelo, en este mi caso, ha sido un pequeño error...

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Zohan.

Soy de la opinión de que al humor hay que dejarle bastante rienda suelta, aunque sea a costa de ser tan políticamente incorrecto que duela a ciertas sensibilidades. Y también creo que se debe arriesgar para conseguir las carcajadas, tocando las fibras más débiles para conseguir las risas más difíciles.

Bueno, pues "Zohan: licencia para peinar" se queda a medias, y la película, que despierta muchas carcajadas en muchos momentos a base de sacar totalmente de quicio un tema tan complicado como las guerras palestinas e israelíes, tropieza en muchos otros al buscar risas demasiado fáciles que, por desgracia, en muchas ocasiones consigue de un público demasiado complaciente.

Cualquiera que vea la película y esté medianamente informado puede darse cuenta de que, al afrontar el tema del perenne conflicto de Oriente Medio, los guionistas han decidido convertir la película en una parodia total del asunto, obviando la más simple realidad para hacer de aquello lo que su imaginación dictara. Básicamente lo único que han hecho ha sido recoger caricaturas de las tipologías contendientes y convertirlos en figuras absolutamente increíbles de tan exageradas. E igualmente han convertido el propio conflicto en una especie de anécdota circunstancial sobre la que apoyar algunos momentos de la película, sin intentar entrar en su trasfondo. Todo lo demás es pura irrealidad y juego de los guionistas.
Y aunque haya momentos de verdadera vergüenza ajena por lo absurdo de la parodia (que de tan imaginativa deja de serlo para convertirse en la construcción de personajes nuevos inidentificables con sus estereotipos palestinos e israelitas), lo cierto es que seguramente esa sea su mejor baza y su parte más lograda: lleva todo a un plano tan absurdo que, dejándose llevar por la realidad que proponen, es simplemente divertido.

Pero luego hay muchos otros momentos de la película en la que la ausencia de ideas se rellenan con la simple ecuación del cacaculopedopis + sexo. Y aunque sea una combinación muy efectiva para la mayoría del público, no deja de ser tan vulgar (de tan vista y oída, y de poco ambiciosa) y cansina que estropea la buena dosis de imaginación vertida en la otra faceta humorística emprendida. Se completan las fases más muertas de la película con diálogos demasiado usados e imágenes repetitivas y conocidas, como si fuese necesario conseguir una carcajada cada X segundos para conseguir el efecto de la película y con ideas más originales resultara demasiado costoso.

Por lo demás, todo el guión y toda la historia son un puro accesorio para completar una duración estándar lo más risible posible. La moraleja de la película está demasiado forzada, al ser los personajes tan increíbles, y las propias relaciones que se crean entre los diferentes protagonistas surgen de un modo tan artificial que en ningún momento sigues el hilo de la historia esperando un desenlace lógico. Simplemente abres los ojos y dejas que todo avance y acabe.
Los actores hacen su trabajo (Adam Sandler es un buen payaso y poco más, John Turturro un buen actor que se gana un dinero con este tipo de papeles y Emmanuelle Chriqui una cara muy bonita que se promociona con una película así), los cameos son abundantes y estúpidos, y no hay ningún aspecto técnico destacable, más allá de la siempre interesante selección musical de este tipo de películas, en esta ocasión muy basada en los 80's y 90's.

En conclusión, una tontería con la que reírse un poco si uno es capaz de no tomársela nada en serio (y mejor si no le afecta demasiado el conflicto palestino-israelí).
Pura carne de videoclub.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Vacaciones.

Acabo de empezar mis vacaciones. Unas vacaciones largas y merecidas (que otra cosa voy a decir de mí mismo, ¿no?). Unas vacaciones de tres semanas en las que intentaré cambiar aires y rutinas y descansar todo lo posible.

Aprovecharé para ver películas, salir a ver algún museo o alguna exposición interesante, a pasear... También viajaré algo y explotaré todo lo posible mi tiempo libre, escucharé nuevos discos, iré a algún concierto...

(Otra imagen ampliable)

Respecto al blog, es más que posible que baje mi ritmo de producción durante estos días. No es que no vaya a publicar nada, pero me tomaré un respiro y dejaré de hacerlo a diario, por voluntad propia la mayoría de los días y por imposibilidad de acceso a internet otros. Es probable que también me dedique a escribir más posts para almacenarlos. Pero lo que sí es seguro es que emplearé algún tiempo para echar una mirada atrás y hacer un balance del mismo, de su estética y aspecto superficial, pero también de su interior y su planteamiento general.

Así que si tenéis alguna idea o alguna petición, algún tema que os guste más o alguno con el que os aburra, una tendencia por la que os gustaría que tirara más a menudo o simplemente una queja, es el mejor momento para hacérmela llegar. Acepto muy bien las criticas, y las que no me gustan las borro sin más...

Hala, no me enrollo más. Espero vuestras críticas y opiniones.
Mil gracias...